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Bodega Terramoll y sus estrellas del 2019

En la isla de Formentera, concretamente en junto a la Carretera de La Mola, la Bodega Terramoll lleva desde el año 2000 cultivando y ofreciendo a los amantes del vino sus mejores botellas. A lo largo de las 12 hectáreas de viñedos se mezclan variedades de uva autóctonas con otras foráneas. El resultado de cada cepa son unos vinos de marcado carácter Mediterráneo, pero siempre con esos matices particulares. Así, en este 2019, la familia vinícola balear está vendiendo ya las añadas de los últimos años en el total de cinco vinos y una novedad completamente única, pura esencia isleña. ¿Quieres conocer cada una de estas botellas?

Savina Añada 2018

Un blanco joven de las variedades Malvasía, Viognier, Garnatxa blanca y Moscat de gra menut. Es un vino de color amarillo limón pálido con buena intensidad aromática. Predominan los aromas a frutas de hueso y cítricos para gozar de una excelente acidez y persistencia final en boca. Ahí donde resaltan las notas de fruta blanca con un fondo de sotobosque. Tampoco faltan las notas salinas. Para beberlo, marida muy bien entre mariscos y pescados, aunque también para carnes blancas es una alternativa recomendable.

Rosa de Mar Añada 2018

Del Monastrell, Merlot y Cabernet sauvignon nace esta botella de la Bodega Terramoll, con su color rubí pálido característico. Ya en nariz se aprecian los aromas a frutos rojos pero también con esos matices balsámicos resaltando. Luego, al beberlo destaca su acidez y persistencia final, igual que el anterior descrito. Sin embargo, este vino marida con variedad de elaboraciones, esas que incluyen hasta la pizza o las pastas.

Lliri Blanc Añada 2017

Por su parte, este Vi de la Terra de Formentera donde se engloban todos y cada uno de los vinos Bodega Terramoll es naturalmente dulce. Procede de las variedades Garnatxa blanca y Moscat de gra menut, dos materias primas de las que se recolectan a mano esas uvas sobremaduradas. Su color es un pajizo dorado en una elaboración de la que sobresalen los aromas florales, a azahar y cítricos. Con su fondo mineral, en boca es goloso, carnoso y amplio, aportando una buena entrada en el paladar debido a su exquisito equilibrio entre dulzor, acidez y graduación. Perfecto para combinar con aperitivos de quesos azules, curados o foies. También con postres.

Es Virot Añada 2016

Un tinto de Merlot y Cabernet sauvignon con tres meses de crianza en barrica seminueva de roble francés Allier más un año después en depósito. Se trata de un vino rojizo rubí pero de capa alta. Pueden apreciarse en él los aromas a fruta roja con notas de minerales. En el paladar, contrasta su volumen alto con la fineza de sus taninos. Así, describe un magnífico paso por boca. A la hora de beberlo, nada mejor que un buen queso, embutido, carne, arroz, pasta, guiso o aves.

Es Monestir Añada 2015

De la cosecha de cuatro años atrás nace este 100 % Monastrell que disfruta de 12 meses de crianza en barrica del mismo roble francés citado arriba. Luego, permanece dos años en botella. Como buen tinto monovarietal, su color es rubí de capa media y ofrece aromas muy diversos. A frutos rojos, maderas nobles, sotobosque, notas balsámicas e incluso fondo mineral. Tiene una alta estructura y concentración, por lo que guarda gran acidez y larga persistencia. Envejece muy bien. Para disfrutarlo, encaja con prácticamente cualquier producto entre aperitivos, carnes y pescados.

ES VERMUT de Bodega Terramoll

Y la gran novedad de este catálogo 2019 en Bodega Terramoll es un vermut o vino blanco con IGP Vi de la Terra de Formentera. Destaca por su color ámbar de capa media, en el que sobresalen los aromas herbales y notas cítricas sobre un fondo de maderas nobles. En boca aporta dulzor, amargor y cuerpo en el perfecto equilibrio, favoreciendo también el buen paso hasta su final.

En definitiva, así son estos vinos nacidos de la superficie vinícola isleña.

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