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La receta original de la pasta carbonara

Normalmente asociamos la receta de la pasta carbonara a la nata para cocinar, el bacon y el queso como principales ingredientes. La realidad, es que, la receta auténtica de la pasta carbonara lleva huevo y hoy te vamos a contar cómo se hace.

Pasta carbonara

Origen de la pasta carbonara

La receta original de la pasta carbonara tiene su origen en los Apeninos (Norte de Italia), lugar en el que la minería era       la actividad laboral más importante. La salsa carbonara recibió ese nombre porque los carboneros tomaban la pasta con una salsa de huevo sin cuajar. También se dice que la característica pimienta negra que se le echa por encima a la pasta es un guiño al carbón, (otra de las razones por las que este plato recibe el nombre de carbonara). Y aunque actualmente la pasta carbonara se haya «modernizado» y en algunos países lleve nata, la realidad es que la receta original de la pasta carbonara se hace con huevo y queso, y te vamos a explicar cómo.

La receta original de la pasta carbonara

Ingredientes que necesitaremos:

  • 400 g de spaghetti
  • 200 g de guanciale italiano o panceta de cerdo
  • 50 g de queso Parmigiano Reggiano
  • 20 g de queso Pecorino Romano
  • 3 yemas y 1 huevo entero
  • Pimienta negra

    La preparación de nuestra pasta:

    • En primer lugar, cortamos la panceta en pequeñas tiras y las doramos en una sartén.
    •  Batimos los huevos con un tenedor en un cuenco grande, junto a los quesos rallados y una cantidad generosa de pimienta recién molida.
    • Cuando haya cogido una consistencia cremosa, es hora de cocer la pasta y escurrirla.
    • Una vez escurrida, la añadimos al cuenco con la crema de huevos, quesos y pimienta sin parar de remover.
    • Cuando se haya mezclado todo, añadimos la panceta caliente y algunas cucharadas del agua de cocción de la pasta, (que habremos reservado antes).
    • Finalmente, al plato terminado se le puede añadir más queso y pimienta negra por encima.

    ¿Te animas a probar esta nueva receta en casa? Queda riquísima, aporta más que la que lleva nata y además es mucho más ligera.

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