España es con enorme diferencia la mayor productora de aceite de oliva, pero cada vez más en el proceso de evolución se ha ido pasando de la cantidad a la calidad. Por eso, en 2004 nació el selecto grupo Grandes Pagos del Olivar, un club que acoge a los mejores AOVES españoles. Poco a poco se fueron sumando los más excelentes elaboradores hasta llegar al número actual de seis marcas, la última incorporada este mismo verano. El objetivo de agruparse siempre ha estado en dejar al aceite en la máxima élite del sector. Descubre más aquí.
La excelencia, reunida en Grandes Pagos del Olivar
Tras la irrupción en el mercado del aceite de pequeños elaboradores que cuidan al detalle todo el proceso para conseguir el mejor de los AOVES, nació Grandes Pagos del Olivar. Antes mandaba el rendimiento económico y sacar el máximo provecho al producto vendido. En cambio, desde que empezaron a surgir esas familias productoras con una filosofía diferente, las tornas se movieron hacia la excelentísima calidad del AOVE. Mimando desde la recogida de la aceituna hasta la presentación de la botella final.
Entre experimentos y probaturas con nuevas variedades del fruto, mezclas de distintas o incluso la búsqueda de otros aromas, sabores y colores, la revolución llegó. Además, para quedarse, a través de producciones muy limitadas obtenidas de pequeñas fincas. Siempre con el respeto al cultivo, a la región y a la elaboración artesanal, pero introduciendo modernas tecnologías también.
El resultado de todo ese trabajo es ya la venta del AOVE en más de sesenta países, a los que se exportan aceites virgen extra de muy alta calidad. Las seis familias de Grandes Pagos del Olivar que han logrado ese éxito son de diversas regiones españolas. Son las siguientes:
- Marqués de Griñón (Toledo)
- Abbae de Queiles (Navarra)
- Aubocassa (Mallorca)
- Marqués de Valdueza (Badajoz)
- Castillo de Canena (Jaén)
- Casas de Hualdo (Toledo)
Requisitos para entrar en el club selecto
Esa última familia toledana que ha metido su aceite en Grandes Pagos del Olivar lo ha conseguido tras cumplir con los requisitos exigibles por el club. El cultivo debe ser de olivares propios, así como la almazara donde se elabore cada botella. Concretamente, este proceso debe completarse en las 24 horas posteriores a la recogida del fruto, en su punto óptimo de maduración. Además, es igual de importante el etiquetado, con la fecha de la cosecha como imprescindible. Los que cumplen esto, acceden a la excelencia del AOVE.