Una naranja valenciana que hoy está en el árbol mañana se puede estar comiendo en algún lugar de España. Con todo su sabor y sin la intervención de procesos químicos, a través de Naranjas Lola. La empresa de frutas que revolucionó el mercado español al convertirse en la primera que solo vende a través de la red. Te presentamos ya estas naranjas por Internet.
Inicio naranjas por Internet con un sistema de pago arriesgado
“Del árbol a su mesa en 24 horas” es el lema de Naranjas Lola, que actualmente comercializa 400.000 kilos de frutas al año. Cultiva hasta seis variedades de naranjas, además de mandarinas, limones y pomelos. Una fruta esta que cada vez se consume más. Para llegar a esa cifra, la explotación familiar de Fernando Aparici y Dolores Colomar (quien da nombre a la marca) apostó en 1998 por la distribución directa al particular vía online.
Pero, por entonces, nadie quería pagar por adelantado, así que puso en práctica un lema arriesgado, que todavía hoy mantiene. “Cómpralas, pruébalas y si te gustan, las pagas”. Así nació naranjas por Internet.
“¿Esto qué vale?”, se pregunta Aparici cogiendo un limón de uno de los árboles que tiene en el Parque de La Albufera. Es una zona protegida de Cullera a 20 kilómetros del mar. “Si el limón está recién cortado, el pedículo (parte trasera) es verde. Si lleva mucho tiempo, es negro”, explica para poder distinguir un limón recién cogido, reconocible además por su olor intenso.
Su producto es natural, sin aditivos y la entrega express
“Los grandes comerciantes –añade- no dejan madurar tanto la fruta en el árbol”. En Naranjas Lola no añaden ningún aditivo químico para su coloración, maduración o conservación, ni tampoco utilizan cámaras de frío. “Hay comerciantes que les ponen una cera para que aguanten cinco meses”, cuenta.
Aparici comenzó con 25 hanegadas (cada una equivale a 831 metros cuadrados) y hoy ya tiene 350. Nos dice, rodeado de naranjos, que están protegidos del viento salino por una redes textiles.
El éxito le llegó cinco años después de comenzar la venta de naranjas por Internet, cuando entre sus clientes empezó a contar con personalidades. El rey de la gastronomía Ferrán Adriá, Martín Berasategui o Santi Santamaría. Luego, se unió el boca-oreja.
«Los grandes restauradores -cuenta- están enamorados” del caviar cítrico, que él también produce. Es “muy difícil de conseguir y de hacer, pues el árbol hace sólo un kilo”.
Otras frutas exóticas que también cultivan aquí son los kumquats, una especie de dátil anaranjado de origen asiático que se come con piel. También los limequats, igual pero de limón. La mandarina china, pequeña y que se come con piel, se utiliza para los cócteles. Luego está la mano de Buda.
En verano, cuando no hay cítricos, estas tierras valencianas producen sandías, melones y tomates. “Aquí se trabaja todo el año”, dice Aparici, quien, pese al éxito, nunca ha dejado de tener los pies en la tierra.