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Productos kosher: ¿en qué se diferencian?

¿Qué son los productos kosher? Descubre qué significa esa curiosa etiqueta con la estrella de seis puntas. ¿Por qué le interesa a personas no judías? ¡Vamos a verlo!

¿Cosa solo de judíos?

Cada vez es más frecuente encontrar una etiqueta que dice «Kosher» en algunos alimentos del supermercado. Esta aparece en  distintos logotipos con la estrella de David o candelabro de nueve velas, símbolos del puedo judío. Así pues, estos sirven para indicar que son alimentos aptos para los creyentes de esta religión. Sin embargo, el porcentaje de judíos es muy reducido para explicar por qué cada vez aparece en más sitios.

Cuenta con mayor presencia en países como Argentina, México y Colombia que en España. De hecho, el país del asado y el chimichurri cuenta con 175.00 judíos entre una población de algo más de 45 millones. No obstante, muchas son las personas que valoran estos productos por sus garantías de higiene.

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Estrella de David, símbolo del judaísmo/Fuente: Pixabay

Productos kosher: alimentos prohibidos

En realidad, la religión judía establece unos códigos alimenticios en su Torá, el código de leyes. Más dentro de ella, forma parte del «Kashrut», su código de alimentación. Entre sus preceptos figura el no comer insectos. Por ello es que toda la fruta y verdura es aceptada siempre que sea lavada e inspeccionada previamente. Además, las verdes son observadas a contraluz para mayor seguridad. Los cereales y legumbres, también se revisan a mano antes de cocinarlos.

Sin embargo, las normas más conocidas de los productos kosher hacen referencia a la carne. Lo primero es determinar qué animales se pueden comer y cuáles no. Son aptas todas las aves de corral y tres mamíferos: el cordero, la cabra y la vaca. Esto se debe a que la Torá define a los aptos como rumiantes y los que tienen la pezuña partida. No obstante, dentro de estos tan solo contamos con los animales de cría. En cuanto a aves, se permiten pollo, pavo, pato y ganso.

¿Se parece la carne a la halal?

Si bien estos animales son permitidos para el consumo, todavía tienen que cumplir otro requisito: deben ser sacrificados con un procedimiento específico supervisado por autoridades rabínicas llamado «shejitá». Consiste en un corte rápido de la tráquea y el esófago para evitar el sufrimiento del animal. Nos recuerda mucho al rito halal de los musulmanes del que hablamos en otro artículo.

Tras este proceso llega la «bediká». Durante esta, un inspector revisa los órganos internos para detectar anomalías fisiológicas. Al igual que en el islam, los animales deben estar sanos para poder ser consumidos. Así pues, los animales enfermos quedan descartados. Por lo general, el inspector se fija mucho en los pulmones para verificar que no estén perforados. Suele ser signo de enfermedad.

Leche, grasas y huevo

La leche sigue unos preceptos bastante particulares. Curiosamente, no puede mezclarse con nada relacionado con la carne. Esto es así ya que la Torá especifica que es cruel vincular así a la madre con la cría de un animal. Por ello es que los judíos más ortodoxos guardan la leche separada de la carne. De la misma manera, queda prohibida la hamburguesa con queso.

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Judíos ortodoxos rezando en el muro de las lamentaciones/Fuente: Pixabay

Incluso dentro de los quesos existen consideraciones a tener en cuenta. No todos son aptos, ya que a veces se usa carne para lograr el cuajo. Además, la sangre y la grasa animal quedan prohibidas. Para separar la última es necesario realizar un recorte y extracción de ciertos nervios y lóbulos, el «nikur». Para sacar la sangre se sala la carne en agua fría.

Los huevos deben ser verificados para comprobar que no tengan sangre. Ya para acabar, aclaramos qué clase de productos del mar son kosher. Deben tener escamas y aletas. Por ello es que todos los mariscos quedan descartados. Tampoco debe servirse el pescado en el mismo plato que la carne.

Conclusión

Ahora que conoces las implicaciones de la certificación debemos mencionar algo. Estos productos son más caros, ya que requieren de un proceso de verificación. No obstante, los judíos lo tienen cada vez más fácil cuando viajan. Sobre todo lo pueden conseguir en las capitales de Europa y Latinoamérica.

 

 

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