Inicio Del mar ¡Ojo con las cabezas de gambas!

¡Ojo con las cabezas de gambas!

gambas

Para muchos, uno de los placeres gastronómicos es chupar las cabezas de gambas, camarones, langostinos u otros crustáceos. Pero la presencia de micro-plásticos que hay en mares y océanos, nos ha hecho saltar las alarmas. Estos animales marinos ingieren esos materiales. Así lo demuestra el estudio presentado en el Congreso Internacional de Gastroenterología celebrado recientemente en Viena.

El citado estudio demuestra que se encontraron 20 micro-plásticos por cada 10 gramos de muestra fecal. Entre ellos hay nueve tipos de plásticos diferentes como el propileno, el PVC o el PET.

En otro estudio del pasado mes de junio la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) se realizaron 102 análisis de alimentos de origen marino. Se alertó de que se habían hallado micro-plásticos en un 66% de las muestras de crustáceos como gambas y en un 71% de moluscos.

Más plásticos diminutos en gambas

También en la sal marina se hallaron micro-plásticos en un 66% de la muestras. En otros estudios anteriores, se vio que el pez espada, el atún rojo del Atlántico y el atún blanco del Mediterráneo central contenían en un 12% de las veces partículas de plástico.

En el caso de los crustáceos (gambas, langostinos y langostas) se aprecian diferencias. Depende de si el análisis se realiza solo en la cola del animal o si lo abarca a todo. El aparato digestivo de un crustáceo está en la cabeza. Por tanto, es ahí donde se acumula mayor cantidad de micro-plásticos que podemos ingerir al comernos las cabezas.

Cómo afecta a nuestra salud

A día de hoy no hay un estudio que pueda decir en qué nivel está el riesgo de ingerir micro-plásticos, los tipos y cómo incide el tamaño de las partículas. Las mayores pueden quedarse en nuestro sistema digestivo y ser defecadas, en parte o en su totalidad. Las más pequeñas podrían pasar al torrente sanguíneo, siendo de mayor riesgo para nuestra salud.

Todo ello pone en evidencia la necesidad de reducir el uso de los plásticos. Así no acaban en las gambas que comemos. Esto explica la prohibición o limitación de usar plásticos cada vez en más países. Igualmente, ofrece una mayor concienciación a la población.

A modo de ejemplo, en el mundo se utilizan diariamente más de 10.000 millones de pajitas de un solo uso. Así, tantos millones de cubiertos y platos de usar y tirar. ¿Es necesario? ¡Reflexionemos! ¡Al comer gambas pueden acabar en nuestro cuerpo!

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