Un enorme plato de madera de pino con 5, 37 metros de diámetro y relleno de pequeños trozos del molusco marino más popular de Galicia ha vuelto a sorprender también este verano. Porque una gigantesca tapa de pulpo que batió un récord ya el último año, se ha elaborado de nuevo el pasado martes 6 de agosto. Ha sido en la localidad orensana de O Carballiño, con hasta 500 kilos del cefalópodo. La Asociación de pulpeiras de Arcos se encargó de trocear y completar el plato en menos de doce minutos. Algo que nadie más en el mundo ha conseguido.
¿Cómo y por qué esta gigantesca tapa de pulpo?
En el contexto de este hecho que reunió a muchos lugareños en O Carballiño en la mañana de ayer, martes 6 de agosto, se encuentra una celebración dedicada en exclusiva al molusco. El próximo domingo, la localidad festeja su fiesta homenaje al manjar famoso en toda Galicia. Por ello, este evento ha sido la antesala para mostrar al mundo otra vez la capacidad de crear la gigantesca tapa de pulpo. Con cincuenta metros más de diámetro respecto al tamaño del plato de la última edición, el resultado fue impresionante. En la imagen se aprecia.
Las pulpeiras de Arcos trabajaron en el corte y el aderezo de los 500 kilos de cefalópodo, alrededor del enorme recipiente, para completarlo en 11 minutos y siete segundos. Un récord con el que los propios participantes se conforman año tras año, incrementando si acaso la cantidad de pulpo. Un manjar delicioso, típico de la gastronomía gallega, que el 11 de agosto tiene su fiesta propia.
La profesionalidad con la que trabajan los miembros de la Asociación de Pulpeiros los hace diferentes. Preparan las mejores raciones del molusco, de O Carballiño al mundo. Así lo explicó a EFE la presidenta del grupo María Isaura González, quien aseguró que «no hay nadie que haga esto». Fue en referencia a haber conseguido la gigantesca tapa de pulpo.
«Pulpeiros hay por toda España, pero los auténticos están aquí», afirmó Plácido, de pulpería Ruzo. «Por mediación de los monjes de Oseira» nació esta labor tradicional con el producto marino, que ya va por la «tercera generación».