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¡Trufa del desierto murciana! Conoce la turma

Es una gran desconocida de la micología pero su aprecio está en incremento, se puede cultivar en terrenos improductivos, no requiere nada de fertilización y ni siquiera mucha agua. Después de unos tres años de investigación para desarrollarla como cultivo -ya que antes se podía encontrar de manera silvestre- la trufa del desierto murciana es ya una realidad. Desde la Universidad de Murcia (UMU) hasta varias zonas agrícolas repartidas por distintos puntos de la región del sureste peninsular, este hongo hipogeo comestible está ganando protagonismo. También en la gastronomía, gracias a su uso en distintos platos junto a otros productos típicos de la huerta murciana. ¿Eres de los que todavía no conoce la turma? ¡Te la presentamos aquí!

La Región de Murcia, pionera en este cultivo

Aunque las también llamadas turmas se han consumido durante milenios en toda la ribera del Mediterráneo, siempre han sido de manera natural y puntual. Porque crecen «de manera espontánea por una simbiosis con plantas herbáceas». Así lo ha explicado Asunción Morte en una entrevista a El País. Esta catedrática de Botánica de la UMU ha sido la primera investigadora en conseguir que las trufas del desierto puedan cultivarse. Además, en un terreno idóneo como es el semiárido de la provincia de Murcia. Nadie todavía se había aventurado a tratar de sacarle provecho a esas tierras que no sirven para la producción agrícola y que, además, viven la sequía constante. Precisamente estas condiciones son perfectas para un hongo de gran poder nutritivo y gastronómico.

Tras «más de 20 años a vueltas con un proyecto científico, medioambiental y gastronómico fruto del esfuerzo de todo un equipo», Morte ya se enorgullece de los frutos de su trabajo. Incluso su tesis doctoral la dedicó a este asunto que no tenía nada de sencillo, ya que había que «lograr la micorrización» y su desarrollo «a mayor escala». Con esto se refiere a que la turma debía entrar en simbiosis con las raíces de la jarilla, un arbusto perenne típico del clima mediterráneo. Solo así se podía empezar a desarrollar la que está considerada como la sexta especie de hongo micorrífico, pues ya están cultivándose otras cinco en otras partes del mundo.

cultivo turma trufas
Cultivo de turma / Foto: Facebook @trufadeldesiertoAET

Eso sí, de esta trufa concreta (Terfezia claveryi) procedente del género fúngico Helianthemum, se puede afirmar que la Región de Murcia es pionera en tener ya las primeras plantaciones del mundo.

Oportunidad y nacimiento de la ‘turmicultura’

«Las jarillas se renuevan a sí mismas, sueltan flores que a su vez desprenden semillas y que germinan», explica Morte. No obstante, el nacimiento silvestre de las turmas en simbiosis con dichos arbustos ha ido decayendo con el tiempo debido a varios factores. Esos que explican perfectamente en el nuevo proyecto surgido en la Asociación  Española de Turmicultura, fundada en 2018 por la propia catedrática:

  • Dependencia extrema de unas lluvias cada vez más escasas
  • Cambio de uso de los suelos por urbanización o explotaciones agrarias intensivas

Por ambas razones, las zonas turmeras naturales han ido desapareciendo y proporcionando así una oportunidad todavía más interesante de aprovechar. La ‘turmicultura’ -que se diferencia de la truficultura por el nombre que tiene este hongo en Murcia– tiene una repercusión en cuatro ámbitos.

Repercusión de la trufa del desierto murciana

Económico. Hay que tener en cuenta su rentabilidad, ya que este producto alcanza un precio de entre 20 y 60 euros por kilo tras su recolección silvestre. Pero aún pagan mucho más en los países del Golfo Pérsico, donde la trufa del desierto es muy apreciada. Sin duda, su cultivo ofrece a la agricultura murciana una nueva vía de negocio.

Ambiental. Cabe resaltar aquí que estos hongos favorecen el crecimiento vegetativo en suelos pobres e incluso actúan como ‘sumideros’ de CO2. Todo esto es beneficioso para el planeta.

trufa del desierto
Trufa del desierto / Foto: Facebook @trufadeldesiertoAET

Tecnológico. El hecho de que el grupo de investigación de la UMU para producir plantas micorrizadas haya intervenido proporcionando esta oportunidad al campo español es otra ventaja. Además, con proyección hacia otras zonas semiáridas españolas como Extremadura o Canarias. Desde la provincia china de Yunnan hasta se han interesado en esta especie de trufa.

Social. No menos importante es la repercusión en la sociedad regional que genera introducir un producto novedoso, autóctono y con alto valor añadido. Ese que la Asociación Española de Tumicultura (AET) trata de promocionar, agrupando a sus productores. De momento, están asociados a ella varias explotaciones agrarias de Dessert Truffles, Francisco de Lara Tovar (su Finca Torrecillas se puede visitar para conocer este cultivo) y Alfonso Chico de Guzmán.

Colaboran también otros agricultores e incluso restauradores interesados en llevar a la cocina la trufa del desierto murciana. Su potencial nutritivo se basa en proteínas de alto valor, fibra, antioxidantes e incluso ácidos grasos omega 3 y 6. A la hora de integrarla en platos, funciona de lujo en gazpachos, croquetas, tortillas, ensaladas o ciertas verduras. ¿Te animas a probar este manjar ya?

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