Llegan los ‘Vinos Finitos’ de González Byass. Unas reliquias enológicas fuera de la categorización habitual e imposibles de replicar por su escasez. Vinos que han envejecido, en pequeñas cantidades. Lo han hecho en la quietud de estas bodegas jerezanas. Luego, una vez embotellados, no tendrán continuidad en el futuro. Alfonso Oloroso 1/6 es un vino clásico que se reivindica. Lo hace con un estilo de oloroso seco inconfundible.
Por otro lado, en la Casa de Tío Pepe, se conoce como Oloroso Fino.
El primer vino ‘finito’, Alfonso
El halo de misterio que, en ocasiones, rodea al Jerez y a las bodegas, se constata en esta categoría de vinos. Botas o incluso botellas que han permanecido ocultos durante años. En los lugares más recónditos de la bodega. Ahora, ven la luz bajo el apelativo de ‘Vinos Finitos’.
Reliquias escasas, que no podrán replicarse jamás, rescatadas por González Byass. Entre ellos se encuentra Alfonso 1/6, el primer vino finito procedente de una bota con más de 40 años de vejez. Originariamente, pertenecía a la solera de Alfonso, el oloroso más conocido de González Byass. Durante años, este Jerez irrepetible roció la solera de Alfonso hasta que el azar quiso que solo 6 botas quedaran ‘olvidadas’ en la bodega.
La sabiduría de Antonio Flores, enólogo y master blender de González Byass. Ha seleccionado una bota donde, a lo largo de casi medio siglo, se ha ido gestando este Oloroso Fino. Es intenso, glicérico, seco y con aromas complejos. Una joya escasa, de la que solo se han embotellado 965 botellas. Se caracteriza por su finura en nariz, elegancia innata y amabilidad en boca.
González Byass es una bodega familiar fundada en Jerez en el año 1835. Está dedicada a la elaboración de vinos y bebidas espirituosas. Posee marcas tan conocidas como el Fino Tío Pepe ojoyas enológicas como Noé o Apóstoles. Así como el Brandy Solera Gran Reserva Lepanto.