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Carne de Polonia, ¿qué riesgo existe?

Una nueva advertencia de seguridad alimentaria está causando preocupación en la sociedad española respecto a los productos cárnicos. Aunque aún no se conoce realmente si la carne de Polonia que ha llegado recientemente a España está o no contaminada, la alerta sí existe.

Resulta que unos 367,58 kilos de carne de vacuno ha sido exportada desde el país del este europeo sin haber pasado el visto bueno sanitario. Algo que, obviamente, ha provocado su retirada de la distribución para curar en salud a la población.

Carne de Polonia «no apta para su consumo»

La información más cercana a nuestro país sobre este asunto la ha emitido la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan). Esta ha confirmado que el pasado martes 29 de enero recibió una noticia desde el Sistema Rápido de Alerta de Alimentos y Piensos (RASFF).

Era un expediente en el que se advertía de que una cantidad de carne de Polonia producida los días 10, 11, 12 y 14 de enero no había superado los procesos de inspección sanitaria. Esos que son obligatorios y reglamentarios durante el periodo post mortem de las vacas.

Así, la empresa polaca ELKOPL no tenía conocimiento alguno de si se habían cumplido o no esos controles. Antes de percatarse de ello, grandes kilos salieron rumbo al despiece en otra planta. Desde allí y tras ese proceso, comenzó la exportación de esa carne de Polonia hacia diversos países europeos. Sin conocerse su salud adecuada o peligrosa.

Entre esos destinos estaba España. Las comunidades que la iban a recibir eran Baleares, País Vasco y Madrid. Por fortuna, las partidas ya han sido retiradas de la distribución a esos destinos, según ha asegurado la ministra de Sanidad. Aunque, eso sí, a la comunidad del norte peninsular sí había llegado ya el lote, pero las autoridades han podido localizarlo y apartarlo a tiempo.

En sus declaraciones del pasado viernes, María Luisa Carcedo también calificó de «preventiva» esta medida tomada. Esto se debe a que el producto cárnico de vacuno no ha pasado los habituales controles veterinarios. Algo que supone un riesgo, aunque esa carne no esté contaminada. «Presumiblemente no es apta para el consumo humano«, señala la notificación de la RASFF. Por tanto, hasta que se ponga una solución, prudencia máxima.

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