La cerveza de jengibre se originó en Inglaterra en el siglo XVIII en pleno auge del mercado colonial de especias. Dos siglos más tarde alcanzó su pico de popularidad en los países de habla inglesa Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá. No obstante, en la actualidad es conocida en muchos lugares. La podemos encontrar en supermercados como un producto comercial o en tiendas especializadas como una cerveza artesanal. Aunque, lo más interesante es que la podemos hacer nosotros mismos en casa ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la cerveza de jengibre?
Vamos a diferenciar entre la receta artesanal y la comercial. La primera es la original. Se trata de una mezcla de jengibre, azúcar y agua a la que se le añade una sustancia gelatinosa denominada «planta de cerveza de jengibre«. Después, se deja reposar y fermentar y ¡listo! Otro condimento habitual que se suele utilizar es el jugo de limón o de lima. Si seguimos la elaboración tradicional el grado de alcohol puede llegar al 11%. Sin embargo, esta bebida suele contener mucho menos alcohol.
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La “Planta” de la Cerveza de Jengibre es la comunidad de bacterias y levaduras que componen los sólidos fermentados de la Cerveza de Jengibre. Esta masa gelatinosa que flota en la parte superior del líquido está formada por la levadura Saccharomyces florentinus (antes S. pyriformis) y la bacteria Lactobacillus hilgardii (antes Brevibacterium vermiforme). esta “Planta” también se conoce como SCOBY y es similar a la producción de kéfir, kombucha y tibicos. Oliko, tienda de cervezas de jengibre.
¿Cómo es la fórmula comercial?
La fórmula comercial se diferencia principalmente de la original en que no está fermentada, sino que tiene gas de dióxido de carbono presurizado. Esta característica tiene una gran repercusión en el sabor tal y como explica el periodista Donald Yates en «Herencia de cerveza de raíz y cerveza de jengibre». La cerveza de jengibre fermentada naturalmente tiene un sabor exquisito que nunca podría lograrse mediante el proceso de carbonatación. Esta observación data del año 1899 en Inglaterra y hoy por hoy sigue vigente.
En lugar de utilizar una esencia o extracto (proceso de carbonatación) la cerveza de jengibre tradicional debe incluir la raíz de jengibre, limones frescos, y la levadura especial de la que hablamos antes (la planta de cerveza). Así es como se consigue su peculiar sabor picante (más bien un toque spicy ligero). Para distinguir entre una cerveza artesanal y una comercial (refresco) debemos fijarnos en los ingredientes. Así, debe aparecer raíz en lugar de extracto. También, debemos fijarnos en el contenido de azúcar. Si es muy elevado pinta feo.
¿Qué paso en 1920?
La aprobación de las Ley de Prohibición, más conocida como Ley Seca, consistió en la ilegalización de la fabricación, transporte, importación, exportación y la venta de alcohol. Como es lógico esto afectó considerablemente a Ginger Beer o la cerveza de jengibre. Aunque fue la causante de la aparición de nuevos mercados como la ginger ale, cerveza de raíz, Coca-Cola, Pepsi, etc. Sin embargo, esta ley no fue la principal causa de su paralización. En 1920, algunas de las alfarerías, quienes fabricaban las botellas, más importantes experimentaron dificultades como la falta de materias primas o gas natural.
Un bar de Nueva York una noche antes de que se diera comienzo la ley seca. (1920) pic.twitter.com/wXgZpceugs
— Hech🌎s En El Ⓜ️und🌎 (@HechosEnElMundo) March 29, 2014
Finalmente, las características botellas de gres (piedra) que se venían utilizando quedaron obsoletas y se comenzaron a utilizar botellas de vidrio. Después de 1933, Ginger Beer reabrió, pero ya no era lo que fue en su momento de oro. Se convirtió así en un «refresco carbonatado de carácter marginal» tal y como describe Donald Yates. Frente a la nueva bebida favorita de Estados Unidos, Coca-Cola, no pudo competir.
¿Cómo hacer cerveza de jengibre casera?
Cortamos 30 gramos de raíz fresca de jengibre y los aplastamos. Los ponemos en un cuenco de 500 gramos de azúcar, 5 litros de agua hirviendo y el zumo de dos limones. Disolvemos en una taza pequeña de agua tibia una bolsita de levadura de cerveza seca. Dejamos reposar durante tres o cuatro minutos para que empiece a desarrollarse la levadura. Lo añadimos a la mezcla anterior, movemos y dejamos reposar 24 horas. Colamos y embotellamos el resultado tapándolo con un corcho, pero dejamos un pequeño espacio en la botella porque el líquido producirá gas.
A los tres o cuatro días estará lista nuestra cerveza de jengibre. El tiempo dependerá de la tempura ambiente. Cuánto más cálida sea más rápido será el proceso de fermentación. Esta receta concretamente la hemos recuperado de la tesis de Diego Armando Sevilla «Las propiedades del jengibre y su utilización en la cocina». Te invitamos a qué pruebes esta cerveza tan especial y si te atreves, que la prepares tú mismo.
