El mercado de alimentos plant-based en España continúa su ascenso imparable. En apenas un año, el sector ha crecido un 6,6 %, alcanzando los 491 millones de euros en valor, según los últimos datos del Good Food Institute Europe. Este fenómeno no es pasajero: responde a una transformación profunda en los hábitos de consumo, impulsada por la sostenibilidad, el bienestar y una creciente sensibilidad gastronómica.
Bebidas vegetales: líderes en sabor y conciencia
El segmento de mayor peso lo ocupan las bebidas vegetales, que ya representan el 66 % del total del mercado plant-based. La reducción en el precio —gracias al impulso de marcas blancas— ha sido clave: la diferencia con la leche convencional se sitúa ya en un 24 %. Esta accesibilidad ha permitido que casi uno de cada diez litros de leche vendidos en España sea vegetal. Soja, avena, almendra o arroz se consolidan así como ingredientes esenciales en la despensa contemporánea.
Yogures y quesos, los nuevos protagonistas
Los yogures vegetales se han posicionado como una de las categorías más dinámicas, con un aumento del 21,2 % en facturación y del 16,7 % en volumen. Por su parte, los quesos plant-based, aunque con una cuota aún reducida, están en plena expansión, con un crecimiento superior al 40 %. La innovación tecnológica ha permitido que estas alternativas se acerquen cada vez más en textura, sabor y fundibilidad a sus homólogos tradicionales, abriendo nuevas posibilidades en cocina.
Carne vegetal: consolidación y desafíos
La carne vegetal ha experimentado un leve retroceso (-1,6 %), aunque mantiene su relevancia como alternativa funcional. El dato interesante: más del 20 % de los hogares españoles la han probado, aunque solo un 3,4 % lo hace con frecuencia mensual. El reto está en superar barreras culturales y sensoriales que aún frenan su adopción masiva.
Un nuevo lenguaje para la cocina del presente
Para cocineros, hosteleros y marcas gastronómicas, este crecimiento representa una invitación al cambio. Incorporar alimentos de origen vegetal no es una moda, sino una respuesta inteligente a las nuevas demandas del comensal actual: salud, sostenibilidad y placer en cada bocado.
El futuro de la gastronomía no renuncia a la tradición, pero sí abraza la innovación vegetal. Y lo hace desde el sabor.