En toda crisis hay un claro perjudicado, en este caso y por la alta inflación sufrida lo es el pescado y todo se traduce en un consumo claramente inferior. Y es que lo que antes era un hábito de consumo está en clara disminución. Parece que los intentos de campañas promocionales no surgen efecto y las visitas a pescaderías se están convirtiendo en , cada vez más, menos frecuentes.
Los datos del sector así lo reflejan y solo el último año el consumo ha descendido en 1,5Kg por persona y año. De esta forma el consumo anual por español se queda en tan solo 18,5 Kg según los datos de la Fundación Española de Nutrición (FEN). De nada sirve anunciar de forma insistente los beneficios que tiene el pescado en la alimentación y en consecuencia en nuestra salud.
Otro dato significativo del descenso del consumo de pescado en España es el cierre progresivo de las pescaderías y aunque también lo notan las grandes superficies los grandes perjudicados son, como siempre, las pescaderías locales y familiares. De esta forma tan solo en Barcelona el Gremi de Peixaters reconoce que han cerrado el 20% de las pescaderías en tan solo seis años.
El precio, la principal causa del descenso del consumo de pescado
Además de la perdida en nuestra dieta y tener una alimentación más pobre todo ello va llevando a una pérdida de la cultura gastronómica del país de forma progresiva. Y según los datos, la gran causa es el aumento del precio del pescado en el mercado. Todo ello fruto de la alta inflación.
Se debe reconocer que el aumento de precio del pescado es claramente más alto que la media de la inflación. El incremento del precio en pescado fresco se sitúa en un 6.7% y el del pescado congelado en un 6,8 %. Los intentos de promocionar pescados más económicos por ahora no han conseguido revertir la situación y la causa principal del descenso cuando se pregunta a los consumidores es el precio. Además la negativa de reducir el IVA del pescado por parte del Gobierno no ayuda nada a un sector ya tocado.