Periódicamente se publican por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lo indicadores del precio de las dietas saludables diarias. El estudio se realiza a nivel mundial y este año ha coincido con el día mundial de la obesidad.
Según la FAO los datos son frustrantes y demoledores. En el mundo hay miles de millones de personas que no pueden permitirse una dieta saludable. El peor dato es para América Latina y el Caribe que registra el costo más elevado de una dieta saludable. La región llega a 3,89 USD por persona y día. Le sigue Asia con 3,72 USD, África con 3,46 USD, América Septentrional y Europa con 3,19 USD y finalmente Oceanía con 3,07 USD.
Los problemas geopolíticos, la sequía y el cambio climático han provocado escasez y altos costos de producción. Todo ello junto con la especulación ha llevado a un alto nivel de inflación. Esto ha llevado a que este indicador haya empeorado e incrementado en más de 112 millones de personas con problemas de malnutrición respecto al anterior estudio.
Una dieta saludable proporciona no solo las calorías adecuadas que se establecen en 2330 Kilocalorías si no los tipos correctos de alimentos ricos en nutrientes de una variedad concreta de grupos de alimentos, tal y como se recomienda en las guías alimentarias basadas en alimentos. Todo ello para evitar la desnutrición, las carencias de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad. Problemas que afectan de manera muy importante a todo el planeta.
Dietas saludables y obesos
Junto con el estudio de la FAO redescubrimos otra vez los nefastos datos de la obesidad que es la “desnutrición” del mundo occidental. Y es que en España uno de cada tres niños sufre obesidad o sobrepeso, datos que van empeorando año tras año. En el caso de los adultos es mucho peor llegando a un 60% de la población con obesidad o sobrepeso. Podemos decir que somos el país con más sobrepeso de Europa y a la vez presumir que tenemos la dieta más saludable del mundo pero que preferimos no utilizarla.
Sin duda la inflación ha ayudado a estos nefastos datos pero siguen existiendo alimentos sanos y asequibles. No podemos dar la culpa solo a los motivos económicos. Hay que repensar que hacemos con nuestra alimentación y nuestros hábitos de vida evitando el sedentarismo y lanzarse a cocinar recetas sanas y ricas.
