Esta semana el Gobierno de España ha aprobado el proyecto de ley del desperdicio alimentario, la llamada ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario. Esta ley quedó pendiente de aprobación en la pasada legislatura y ahora vuelve con el mismo contenido al parlamento español.
Una vez aprobada el Gobierno tiene como objetivo que entre en vigor el 1 de enero de 2025. Todo para dar suficiente tiempo a todos los agentes implicados adaptarse a la nueva ley. Y es que el objetivo es ambicioso e implicará cambios en todos los participantes de la cadena alimentaria.
Solo en los hogares españoles el año 2022 se desperdiciaron 65 Kg o litros de alimentos o bebidas. Aunque este dato es alto es un 6,1% mejor que el dato del año anterior pero sin duda hace falta más conciencia del grave problema que representa. Siguiendo la tendencia del consumo de los hogares españoles se mejoró en el desperdicio en producto fresco pero aumentó en productos elaborados y platos cocinados. Por otro lado si parece que mejoró en el consumo fuera del hogar con un 11,3% respecto al año anterior. Estas mejoras también han venido soportadas por el alto precio e inflación de los productos, que en su lado positivo ha ayudado a mejorar estos datos.
La ley del desperdicio alimentario y sus prácticas
La futura ley obligará a las empresas del sector a tener un plan de prevención. Todo ello para trazar estrategias y medidas que minimicen y corrijan las pérdidas de alimentos.
En esta ley tendrán un papel importante las empresas que puedan gestionar las donaciones para el consumo humano, ya que esto es un elemento principal. También todas aquellas empresas que puedan transformar alimentos para las personas. En segundo término todas aquellas que puedan transformar estos desperdicios para alimentación animal, biocombustibles o compost.
Como ya va siendo habitual la hostelería deberá facilitar sin coste que el comensal pueda llevarse la comida en envases biodegradables. Por otro lado las cadenas de supermercados deberán tener una sección donde se puedan adquirir productos imperfectos, con caducidad próxima así como también de proximidad, de temporada y ecológicos
