Las declaraciones de propiedades saludables en los envases alimentarios siempre han sido un tema delicado. En primer lugar, las empresas que han utilizado información engañosa o confusa en sus productos con el fin de vender un alimento como «saludable» cuando no lo es. Esta situación ha motivado una falta de confianza generalizada en la población. Y, en segundo lugar, por la polémica acerca de la regulación de las declaraciones de las propiedades saludables. Es imprescindible que los consumidores tomen decisiones informadas para cuidar su salud ¡Te invitamos a informarte!
¿Qué es una declaración de propiedades saludables?
Las declaraciones de propiedades saludables son mensajes que informan al consumidor sobre la relación entre una categoría de alimentos, un alimento o uno de sus constituyentes, y la salud. En nuestro país existen distintos tipos de declaraciones de propiedades saludables. Beneficios generales, crecimiento, desarrollo y funciones corporales, funciones psicológicas y comportamentales, adelgazamiento, reducción del riesgo de enfermedad y desarrollo y salud de los niños. Las denominaciones de las distintas categorías arrojan ya una gran responsabilidad sobre las empresas alimentarias y el Estado.
Es decir, un producto repleto de azúcares no puede llevar en su envoltorio la frase de «bueno para ti» o «saludable». Si el consumidor no sabe leer la etiqueta nutricional no podrá saber si verdaderamente es saludable o no. Por esa razón las declaraciones de propiedades saludables están reguladas por la ley. Sin embargo, existen ciertas discrepancias sobre la efectividad de la regulación. Principalmente, por el mínimo que fija el reglamento regulador. Para que un alimento pueda utilizar una declaración autorizada debe contener el 15% de la cantidad diaria mínima recomendada (CMR).
Es decir, la dosis diaria recomendada de vitamina A es de 80 mg. Entonces, un alimento con 12 mg podrá utilizar cualquiera de las declaraciones autorizadas para esta vitamina. Por ejemplo: «especialización celular», «función normal del sistema inmune» o «metabolismo normal de hierro». Por tanto, es cierto que existe una regulación, pero un muchos casos confusa para los consumidores. Un producto puede llevar un 15% de la CDR de cualquier tipo de vitamina, ya sea de forma natural o añadida, pero tener un alto nivel de azúcar o grasas saturadas, por ejemplo.
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Un estudio sobre las declaraciones autorizadas: Health Claims Unpacked
El EIT Food (Instituto Europeo de Innovación y Tecnología para la Alimentación) es un instituto apoyado por la Unión Europea y formado por universidades muy prestigiosas en el ámbito académico. La institución lleva a cabo multitud de proyectos. Su principal objetivo es que el sistema alimentario sea más sostenible, saludable y confiable. Una de sus últimas investigaciones, el proyecto Health Claims Unpacked, ha resultado muy útil tanto para los consumidores como para los investigadores.
Se trata de un herramienta digital para mejorar la comunicación de las declaraciones de propiedades saludables. Según el país, el idioma y la cultura gastronómica los consumidores alemanes pueden darle un sentido a una declaración y, los rumanos, pueden darle otro totalmente diferente. Por tanto, las empresas deben adaptarse a cada país en el que comercialice sus productos. El objetivo de esta herramienta es ayudar a las empresas a comunicarse mejor. Así como, mejorar la comprensión por parte del consumidor.
¿Sabes leer una etiqueta nutrional?
La etiqueta nutricional es clave para conocer los valores nutricionales reales de un producto. Desde 2016 todos los alimentos (con ciertas excepciones) deben llevarla por obligación. De esta manera, el consumidor puede comparar la calidad nutricional de varios productos similares y escoger la opción más saludable. El problema radica en que no todo el mundo sabe leer y entender los parámetros de una etiqueta nutricional. El gobierno junto con la AECOSAN (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición) han creado un sitio web a disposición del consumidor para aprender a leer las etiquetas.
La iniciativa del EIT Food es una buena alternativa para mejorar el sistema alimentario. No obstante, nosotros mismos debemos de manejar ciertas informaciones para conocer qué es saludable y qué no. No debemos hacer caso omiso de la información presenta en la etiqueta nutricional. Debemos leerla y entenderla detenidamente. Debemos ser conscientes de qué comemos y qué beneficios nos aportará a nuestra salud. Y tú, ¿qué opinas? ¡La información es poder!