La sandía, junto con el melón, es la fruta por excelencia del verano. Ya está empezando su época y se puede ver en supermercados y fruterías de barrio. Seguro que ya estás deseando comerla fresquita y disfrutar de su sabor, pero ¿podrás elegir la fruta perfecta? ¿quieres saber si está realmente buena por dentro al abrirla? Hoy te damos los mejores trucos para reconocer una buena sandía.
La fruta que nunca falta
La sandía es una de las frutas más consumidas de España. Destacan los tipos Klondike y Charleston Gray y su alto contenido en agua la convierte en un alimento perfecto para verano. Además, dentro de sus propiedades podemos destacar que es una fuente natural de vitaminas y minerales, aportando hidratación y fibra al organismo. Asimismo, tiene poquísimas calorías, por no decir inexistentes.
La mayoría de personas que no saben cómo averiguar si una sandía sin abrir está buena confían en el dependiente del establecimiento, en su experiencia de otros años o se fían de las recomendaciones de otros consumidores. Lo que ignoran es que si conoces dónde mirar o aplicas el tradicional truco de dar “golpecitos” elegirás la sandía ideal, dulce y más jugosa del mercado.
Trucos para reconocer una buena sandía
Una de las claves para adivinar si una sandía es dulce y sabrosa es fijarse en su fisionomía y en su aspecto exterior. Evita escoger las que tienen grietas o deformaciones y trata de elegir la más redonda posible, esto quiere decir que ha recibido la suficiente luz y el agua necesaria para su crecimiento y maduración ideal. También déjate guiar por tu instinto sabiendo que su aspecto tiene que parecer terso, es decir, que se vea fuerte, y que consideres que es una fruta que está hidratada y compacta.
También es importante que no te dejes llevar cuando veas una sandía brillante y aparentemente sabrosa. Tienes que elegir piezas oscuras y con poco brillo, esto indicará que están más maduras y, por lo tanto, más ricas.
Otro truco fundamental para no fallar a la hora de escoger la mejor sandía es darle unos golpes en uno de los lados. Si el sonido es hueco, profundo y notas que se transmite a la otra mano, la fruta está en su estado perfecto de madurez. En cambio, si su sonido es suave y con resonancia no lo está.
Por último, otro factor fundamental a tener en cuenta es el peso. La sandía debe pesar de forma proporcional a su tamaño o incluso más de lo que aparenta, así que si notas que pesa poco descártala y elige otra.
¿Y cómo elegir un buen melón?
La sandía y el melón van siempre de la mano, sobre todo de mayo a agosto. Además guardan el mismo misterio de cómo serán por dentro. Ahora que conoces las pautas de cómo reconocer una buena sandía por su exterior, igualmente llamada melón de agua, te dejamos otros pequeños trucos y consejos para que sepas también elegir el mejor melón piel de sapo, es decir el más maduro y el más perfecto.
Lo primero que debes hacer para averiguar el estado de la fruta es apoyarla por la parte en la que se une a la mata y apretar por la parte contraria al melón. Si cede, significará que el melón está maduro y si no cede la piel, al melón le falta tiempo para madurar. Además, al apretar y ceder la piel, podrás comprobar que sale un cierto olor a melón; esa será otra señal para saber que está maduro. Por último, también puedes agitarlo y si notas que algo se oye dentro o se mueve, es que está demasiado maduro.
Después de estos consejos, fáciles de aplicar en cualquier lugar y ocasión, ya puedes empezar a utilizarlos y a reconocer una buena sandía y un buen melón por fuera sin temer que salgan defectuosos. Además, cuantas más veces practiques estos trucos y más compres estas sabrosas frutas en supermercados y fruterías, mejor se te dará elegir. ¿Conocías alguna de estas claves? ¿Te ves ahora más preparado para conseguir la mejor pieza? Esperamos haberte ayudado y que aproveches las cualidades de estas frutas durante todo el verano.