El té de jengibre suele estar presente en los estantes de los supermercados. Sobre todo en en los meses más fríos. También puedes hacerlo tú controlando la intensidad a tu gusto. ¿Pero por qué le gusta tanto a muchas personas? ¿No prefieren echar la raíz a sus platos? Veamos en este artículo cómo es esta infusión y cuáles son los beneficios de tomarla. ¡Vamos!
¿Por qué es tan bueno el té de jengibre?
En un anterior artículo explicamos las diferencias entre la cúrcuma y el jengibre. En este nos centraremos en el segundo pero en otro formato. Así pues, ¿qué es lo que puede ofrecernos el té de jengibre? El caso es que no se trata de un té (pues carece de esta planta) sino de una infusión espectacular. Este calificativo no lo recibe en vano, ya que posee múltiples virtudes. Es antiinflamatorio y nos ayuda a tratar el dolor de garganta.
Para esto último también es importante el calor del agua de la infusión. Por si fuera poco, también es dueño de propiedades antivirales. La raíz con la que se hace el té también puede frenar el desarrollo del cáncer. Para acabar diremos que es digestivo y sus propiedades antioxidantes ralentizan el envejecimiento celular.
¿Por qué tomarlo en infusión?
El té de jengibre es, sin duda, una bebida muy completa que también puede emplearse para eliminar toxinas de nuestro organismo. ¿Pero por qué consumirlo en té? Pues por el sabor precisamente. La planta del jengibre crece de un rizoma (una raíz muy gorda) que permanece bajo tierra. Precisamente es este el que cortamos y nos comemos.
Hay que tener en cuenta que se trata de una raíz muy picante que no todo el mundo puede tolerar. Un poquito basta para dar muchísimo sabor. Por ello es que existen varias alternativas a comerlo crudo. Entre ellas encontramos freírlo, tomarlo en cápsulas o hacer una infusión con el rizoma. El té de jengibre es una de las más interesantes, ya que nos calienta en invierno y nos hidrata. Nosotros de aconsejamos endulzarlo con miel. Tu garganta lo agradecerá y además emplearás azúcares naturales. Si lo que quieres es pasarte el juego, no dudes en echarle un toque de canela y limón.
