En el mundo del vermut, los World Vermouth Awards son como los “Óscar”. Es por eso que decir que el de la bodega alavesa Astobiza ha recibido el galardón a mejor del mundo en la categoría semi-sweet 2021 en esta ceremonia es motivo de celebración. “Tiene un aroma encantador, brillante, floral, de fruta dulce del jardín, que gira maravillosamente hacia ligeramente más seco con un agradable amargor de las hierbas justo en el final”, alababa el jurado. Porque así es el vermut Astobiza, una bebida única en su especie que no solamente se diferencia y sorprende por su explosión de sabores, sino por su ingrediente: es el primer vermut del mundo que se elabora con txakolí.
La bodega Astobiza: tradición, familia y pasión
“Astobiza es único por su uva, su elaboración y su forma de entender la vida”. Así es como se presenta esta bodega familiar que se encuentra en Jandiola, un pequeño municipio de Oquendo (Álava). El viñedo -con DOP Txakoli de Álava, lo que garantiza la autoctonía de la uva-, se cuida con el mismo mimo con el que se elabora el vino. Con un total de 10 hectáreas de finca, los valores ligados a la sostenibilidad y el respeto por la materia prima que caracteriza a esta empresa, el resultado es un producto de máxima calidad. Txakolí -vino blanco de uva Ondarrabi Zuri- sobre todo, pero también otros como el que nos atañe en este artículo: el vermut.
Vermut Astobiza, ¿qué tiene de especial?
Como se dijo al principio, no hay vermut igual al de Astobiza; principalmente porque uno de sus ingredientes es toda una innovación en el arte esta bebida. Es el primero del mundo que emplea el txakolí -que es vendimiado a mano y, obviamente, procedente del viñedo de la finca – para su elaboración. Porque al final, eso es lo que Astobiza pretende reflejar no solo con este producto, sino con todo su catálogo: que la tradición y la vanguardia pueden ir de la mano.
Esta creación es fruto de una larga investigación. Fue a raíz de diversos viajes alrededor de todo el mundo que surge esa curiosidad por el vermut. Y fue en 2018 cuando, finalmente, se dio el paso. Tras cientos de pruebas de tiempos de maceración, de botánicos y de cítricos en 12 Damajuanas -recipientes de vidrio o barro que sirve para contener líquidos- diferentes, nació el vermut Astobiza.
La intención de esta bodega vasca es, indudablemente, transportar al consumidor al Valle de Ayala -en Álava- a través de una mezcla de botánicos que han sido recogidos en los mismos viñedos, cítricos de la zona y mosto de uva -como sustituto del azúcar-. Eso, unido a su color natural, limpio y brillante, hacen de él una propuesta incomparable.
La elaboración
“La maceración controlada de botánicos secretos la dividimos en cítricos, herbales y amargos”, explican desde Astobiza. Y una vez se ha conseguido un vermut blanco de la calidad requerida, se embotella. Otro de los secretos de este producto es que reservan una parte para después elaborar el vermut rojo, creando un “juego de colores y sabores infinitos”.
Un vermut cargado de personalidad
Al final, el vermut Astobiza sigue la línea del resto de productos de la bodega: es diferente, auténtico y busca sorprender. Es más seco que los tradicionales, lo que “prepara el paladar para el momento de la comida: es un verdadero vermut de aperitivo, muy gastronómico, y hasta de sobremesa”. Desde la firma recomiendan consumirlo “tal cual” –on the rocks, es decir, con hielo-, con una rodaja de naranja o con piel de la misma.
En nariz es fresco, delicado, y con notas cítricas y de manzana. Por otro lado, en boca es donde llega la verdadera explosión de sabores. Tiene el equilibrio perfecto entre acidez y amargor; se perciben notas de naranja, limón verde y pomelo, además de los botánicos. Gracias a estas notas de cata, marida a la perfección con todo tipo de mariscos -ostras, berberechos, percebes- y pescados. Aunque, en realidad, tiene esa personalidad tan especial que combina a la perfección con entrantes, con postres e incluso en esa sobremesa tan típica en las comidas españolas.
Como has visto, el vermut Astobiza es uno entre un millón. No es solamente el hecho de que se elabore con txakolí lo que le aporta un valor añadido, haciéndolo único. Es esa pasión por el hacer, por unir la tradición y la vanguardia de la bodega familiar, que hacen de esta bebida una de las más a tener en cuenta. ¿Con quién compartirías tú este vermut blanco?
