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Boniato: conoce todo de este alimento

Sano, rico y versátil en la cocina, este tubérculo que tiene distintos nombres (batata, patata dulce, camote y moniato) vive ya en esta época del año su recolecta del campo. El boniato ha tenido un importante auge de consumo en los últimos años debido a dos motivos principales. Uno de ellos es la posibilidad para ser integrado en recetas tanto saladas como dulces y el otro está directamente relacionado con sus propiedades saludables. Así, puedes disfrutarlo en guisos o postres, además de comerlo asado en uno de sus cocinados más populares. Descubre en profundidad aquí lo que te ofrece este producto.

Variedades, propiedades y uso culinario del boniato

Aunque existan dos variedades del boniato -la blanca y la anaranjada- la segunda es la más consumida porque su cultivo es común en distintas regiones de España. Desde las Islas Canarias hasta Cataluña, este tubérculo se puede encontrar en campos andaluces, murcianos, valencianos o aragoneses. Aunque tiene el mismo aspecto externo que una patata normal, frecuentemente posee un tamaño algo superior. Por tanto, es posible distinguirlo desde fuera, aunque si se corta o abre, su carne naranja, rojiza o amarillenta es característica. Este pigmento vegetal procede de la provitamina A o betacaroteno que contiene.

En cuanto a su composición, básicamente está formado por un 70 % de agua y un 30 % de materia nutricional, en su mayoría hidratos de carbono, sobre todo almidón. Así, sus propiedades son similares a las de la patata, con la diferencia de que es más dulce, aunque su índice glucémico es inferior. El boniato es bajo en calorías (tiene 115 kcal por cada 100 gr), posee vitaminas B y C e incluso minerales como el calcio, el potasio o el manganeso. Igualmente contiene fibra.

Por otro lado, a la hora de conservarlo lo recomendable es un lugar oscuro, a una temperatura de 15º C y donde corra un poco el aire. Para cocinar el boniato puedes recurrir al horno, microondas, sartén e incluso a una tostadora. Te brinda bastantes posibilidades, desde las más sanas (asado) hasta la fritura, siendo usado como una alternativa a las patatas fritas.

Puedes guisarlo o cocinarlo al vapor también. Eso sí, se debe preparar a baja temperatura (entre 57 y 70 grados) para que resulte más dulce al paladar. El truco está en conseguir que el almidón se convierta en maltosa y dextrinas. ¡Disfruta de este gran producto del campo este otoño en cualquier receta!

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