Cuidado con lo que comes. Es la primera recomendación que podemos darte desde Grandes Productos al descubrir este fraude del jamón. Se trata de un entramado empresarial organizado para poner a la venta 10.700 Kg de jamón en mal estado re-etiquetando la fecha de caducidad. Así, un año después de su consumo recomendado, no tienen que tirar todos los jamones por estar en mal estado.
Te avisamos de las malas prácticas con nuestros Grandes Productos Ibéricos
El inicio de este caso empieza durante el mes de junio. La Guardia Civil interviene más de 400.000 kilos de embutidos y carne caducada en almacenes de Valencia, Cáceres y Babajoz. La trama del jamón cuenta con la participación de 30 empresarios. Se calcula que habrían ganado millones con la venta de productos en mal estado, caducados e incluso mal conservados. Lo que hacían era enviar los productos a almacenes clandestinos para re-etiquetarlos y/o re-envasarlos. Así, podían introducirlos en establecimientos de venta al público y no perder ellos dinero.
Hablamos de algo muy grave: un delito contra la salud pública a gran escala. Hay que saber quienes son los culpables para que paguen por ello. Hasta ahora un total de 4 empresas han sido llamadas para declarar como imputadas. En este vídeo tienes más información sobre la noticia.
Según publica Economía Digital: «La investigación está en manos de un juzgado de Fregenal de la Sierra (Badajoz), que ha abierto diligencias previas. Los servicios veterinarios de la Junta de Extremadura ordenaron la destrucción de 160.000 kilos de productos. Además, pidieron la imputación de los responsables de cuatro empresas: Valle de los Valfríos, Cash la Temporada, Pescados Saraymar y Porkytrans.».
El escándalo no ayuda al prestigio del producto fuera de España
Pero hay más, pues hace tan sólo unos días se ha pillado in fraganti a un empresario cuando quería deshacerse de una importante cantidad de jamones: 10. 700 Kg. Todo ello para eliminar pruebas sobre la investigación mencionada antes. Pretendía desvincularse de la trama del jamón. Pero la policía ya había avisado a todas las incineradoras para advertir del asunto. Si alguien pretendía quemar productos cárnicos, se lo harían saber y así fue.
Cuando Guardia Civil y los juzgados de Fregenal de la Sierra (Badajoz) y Alzira (Valencia) cercaban a la trama empresarial, este empresario quiso deshacerse de esa mercancía en mal estado. También ha habido falsificación de albaranes y un gran trasiego de estos productos entre empresas.
Según las informaciones del mismo periódico, fue la empresa Vel-Per, con sede en Zaragoza la que intentó quemar todas las pruebas. «El propietario de la empresa, Juan Carlos V.P., fue interrogado tras intentar destruir pruebas de mercancía procedente de una red investigada contra la salud pública», publica.
«El propietario de Vel-Per, con menos de una decena de empleados y con una facturación anual de 11 millones de euros, sufrió una fuerte bajada de tensión cuando fue descubierto por la policía», continúa.
El producto cárnico ibérico, que mueve millones de euros y es un gran exportador, está sufriendo este duro golpe a su reputación e imagen exterior.
Pero, ¿quién controla que el jamón esté en buen estado?
Existe una empresa que certifica y controla toda la producción de productos cárnicos en España. En teoría se encarga de que lleguen a nuestros platos los productos en buena calidad. Últimamente no es así. Hablamos de Certificad, que ha sido suspendida recientemente por la ENAC. Es la entidad que otorga las acreditaciones de calidad en diferentes actividades.
Desde el pasado día 15 tienen suspendida su actividad debido a las investigaciones de la trama del jamón. Según las fuentes consultadas, esta empresa controla hasta el 70% del negocio de inspección y certificación del ibérico en España.
Desde el pasado mes de Agosto, se han endurecido las medidas preventivas y de control.
Ahora los inspectores deberán ir presencialmente a todas las fincas y dehesas para observar las condiciones de salubridad. Hacerles fotos, vídeos y también anotar su posicion GPS, así como la fecha exacta en la que los revisan.
Ello multiplica el coste de las inspecciones para los ganaderos desde los 1,5 euros a los ocho euros por animal. Esto ha generado las protestas de organizaciones agrarias como Asaja.
Estas mejores y mayores inspecciones requieren nuevas contrataciones para asegurar la certificación de calidad de los productos ibéricos en España.
Esperamos que a partir de ahora haya mayores controles en la distribución y venta de los jamones y productos ibéricos en pro de la imagen y negocio de las que se alimentan miles de familias. También por la salud de los millones de consumidores de que existen en todo el mundo. Todo por un buen jamón y/producto ibérico.