Si hay algo que no ha cambiado en el sector vitivinícola con el paso del tiempo es el formato de presentación de cada botella de vino. La tradicional manera de comercializarlo sigue presente en nuestros días, aunque hay una empresa que se ha atrevido a innovar, cambiando la forma circular de siempre. Garçon Wines y sus botellas planas salieron a la luz en 2017.
¿Quieres descubrir cómo son? De una primera idea para frenar la contaminación por el vidrio que se genera con cada botella desechada hasta un producto inédito.
Garçon Wines y sus botellas planas
Fabricadas de PET reciclado en su totalidad y con tapa de plástico, son un 87 % más ligeras que las botellas circulares de toda la vida. Esta calidad de reciclables permiten que no se originen nuevos plásticos vírgenes, pues el material usado es más liviano que el vidrio. Contribuye así a reducir las emisiones de carbono a la atmósfera.
Pero, además de ser ecológicas, la mayor ventaja que tienen es que ocupan hasta un 40 % menos de espacio en las cajas de cartón donde se venden. De esta manera, supone un ahorro de costes para las empresas y bodegas.
Pueden introducir diez botellas de 75 centilitros en un solo paquete, cuando con las circulares solamente pueden venderse cuatro. Se trata de una ganancia del doble en capacidad.
En general, la industria utiliza a nivel mundial más de 35 mil botellas de vidrio cada año, siempre comercializadas en cajas de seis o doce unidades. Pero los huecos que se quedan entre cada unidad quieren ser aprovechados por Garçon Wines y sus botellas planas. De ahí la innovadora idea con la que la empresa británica se llevó el Best New Beverage Concept como premio.
Sin efectos sobre el contenido
Por otro lado, en sabor no se ve nada perjudicado el vino, según aseguran desde Garçon Wines y sus botellas planas. No alteran el buen producto interno e incluso, con ese tamaño, pueden depositarse en un buzón normal.
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