Procedente del nopal o la hoja de la chumbera, los llamados higos chumbos fueron originarios de Centroamérica, pero se expandieron por todo el mundo. Aquí en España, llegaron particularmente encontrando su clima idóneo en el Mediterráneo español, sobre todo en las tierras más áridas. Sigue incrementándose su cultivo debido a la gran adaptación que tiene a la zona. Esta planta de la familia de las Cactáceas necesita poca agua, justo lo que caracteriza al sureste peninsular. En cuanto al fruto, a continuación te contamos más sobre él y sus interesantes aportes nutricionales.
¿Qué son los higos chumbos y dónde se cultivan?
Los higos chumbos son unos frutos o bayas con forma ovalada y esférica cuyo contenido es carnoso y sabroso. Así, su pulpa es gelatinosa de un color rosa o crema pálido que también tiene pequeñas semillas. Su sabor está en una mezcla entre la fresa y el plátano. Sin embargo, están cubiertos por una gruesa piel mucho más ‘peligrosa, pues en ella se reparten espinas finas y transparentes. El color exterior es verde o amarillento hasta la maduración.
Como hemos apuntado anteriormente, los higos chumbos nacen en los extremos de la chumbera, cuya hoja es alargada, aplanada, más verdosa e incluso se pueden consumir. Saben como los espárragos del mismo color o las judías verdes, pero igualmente están recubiertas de espinas.
El origen de este fruto se remonta al descubrimiento de América, aunque ya las culturas prehispánicas conocían sus propiedades. Así, es México el país líder en producción del higo chumbo, aunque ya puedes encontrarlo en todo el planeta. Las condiciones climáticas de las tierras mexicanas son ideales para su cultivo, al igual que sucede en otras regiones áridas y secas.
En nuestro país, tenemos una larga tradición de esta fruta, estrella del verano. Por ejemplo, en la Región de Murcia la superficie de producción se incrementó más del 60 % en 2018. Bioarchen (ubicada en la localidad de Archena) es una empresa especializada en estos alimentos.
Los beneficios que esconden bajo las espinas
Aunque existan higos chumbos de distintos tamaños y colores, todos comparten las mismas cualidades que se transforman en beneficios nutritivos. Porque son ricos en fibra, flavonoides (buenos para el hígado), proteínas, vitaminas C y A, minerales e incluso sirven como remedio a problemas estomacales. También suponen un importante aporte calórico, algo perfecto para dietas exigentes con esto.
Si te apetece probarlos, en algunos mercados los venden directamente pelados ya, aptos para comerlos crudos, o con la piel, como otros frutos. En este segundo caso, debes asegurarte bien de retirar las espinas interiores que puedan quedar. Por otro lado, también los higos chumbos se usan para elaborar mermeladas, gelatinas, zumos, etc. ¡Disfruta, en el formato que sea, de este fresco manjar veraniego!
