Fruto de críticas, burlas, chistes y los temidos ‘memes’, la mala fama de la cerveza Cruzcampo se ha ido incrementando desde hace un tiempo hasta la actualidad. Pero ahora se nota más, ya que la nefasta reputación digital que tiene la empresa cervecera sevillana le pasa factura en las redes sociales. Allí donde, a través de tweets, sobre todo, los usuarios muestran su rechazo e intencionado ataque a la birra peor valorada de España. Porque, según sus detractores, la bebida del sur español no tiene buen sabor en comparación con el resto de grandes nombres de la industria como Mahou, Estrella Galicia o Alhambra. En este sentido, las frases que se leen son de cualquier tipo, pero la más llamativa y generalizada es la que la considera «meado de vaca». Pero, ¿qué hay detrás de este desprecio?
¿Por qué goza de tan mala fama la cerveza Cruzcampo?
Realmente, en el comienzo de todo este tema está la competencia entre marcas, al igual que ha sucedido desde sus orígenes con otras empresas del mundo de las bebidas. Así, la guerra que mantuvieron Coca Cola y Pepsi por el prestigio de cara al consumidor terminó por beneficiar a la primera firma, en detrimento de la segunda. Pues bien, algo similar ocurrió en su día con Cruzcampo, que ahora pertenece a Heineken España, manteniendo su sede en Sevilla, capital de Andalucía. El conflicto competitivo de reputación la enfrentó con la cervecera madrileña Mahou y de ese choque salió muy mal parada. Aunque, obviamente, los sevillanos e incluso otros andaluces del resto de provincias sureñas la prefieran por encima de otras marcas.
Sin embargo, esa mala fama de la cerveza Cruzcampo ya está más que asentada, le ha tocado a ella y no a otra. Pero lo peor es que no existen argumentos de peso para defender las numerosas críticas que recibe, sobre todo por su mal sabor. ¿Acaso tantos consumidores tienen su paladar tan exquisito como para diferenciar los pequeños detalles que distinguen a una birra de otra? En general, la bebida dorada nace de una receta estándar y pertenece a una misma gama (la cervecera). Aunque en cada familia se personalicen algunos aspectos o toques (amargor, acidez…) para llevarla a su terreno, hablamos de cerveza. Sin más, sin bar.
Así lo explican los maestros cerveceros
Entonces, dada la complejidad para poder distinguir una excelente birra de otra que «sabe a meados», como muchos publican en Twitter, la mala fama de la cerveza Cruzcampo no está justificada. Porque los expertos cerveceros así lo confirman también, explicando que todo se debe al ‘postureo’ de las artesanas o al mero hecho de ser ‘hater’. Estos mismos maestros reconocen que si esos críticos se someten a una cata a ciegas, no sabrían detectar correctamente cuáles son unas u otras cervezas. Pero de aquí nace otra cuestión. ¿Cómo puede estar mala o ser la peor una cerveza? Es imposible. Solo sucedería esto «si hay un error o defecto en el proceso de producción», explica Albert Viaplana, de la marca catalana Moritz.
Por tanto, salvo que la fábrica Cruzcampo caiga en esa equivocación (algo improbable), las cervezas que ofrece son de calidad. Luego, por supuesto, entran en juego otras variables que la convierten en distinta respecto a otras de elaboración nacional. Pero, ¿se debe hablar de que no está rica o es mala? Veamos en las siguientes líneas.
Sabor, origen y costumbre
En primer lugar, sí es cierto que la compañía dueña de la cervecera sevillana –Heineken– modificó levemente la receta con la que se elaboraba la tradicional Cruzcampo. A partir de ese momento, los bebedores de birra que vivieron esa transformación sí comentan que el sabor de la cerveza se tornó un poco menos fuerte. Hablaríamos entonces de que está más suave, al degustarla y compararla con otras marcas reconocidas españolas como las que vamos a mencionar ahora.
Porque el tema no menos importante de la ‘regionalización’ cervecera tiene otra clave de la cuestión. A los gallegos que no les quiten su Estrella Galicia, a los murcianos su Estrella Levante y a los granadinos su Alhambra, por citar algunos ejemplos más clarividentes. El origen cuenta, está popularmente demostrado. Producto que nace en la propia tierra, producto que es bien venerado y amado. Luego ya en última instancia cabría hablar de la competencia entre fabricantes de birra, modos de promocionarse y de llegar al consumidor. Unos cautivan más, otros no tanto. El mundo empresarial es así.
En conclusión, todo lo explicado rodea a la mala fama de la cerveza Cruzcampo. Amantes y ‘haters‘ rivalizan en las redes sociales, sobre todo, acerca de la bebida más polémica de nuestro país.