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Desmontando los mitos de la sal como mala

Hay un producto que no está bien visto dentro de una alimentación saludable o una dieta adecuada, pero cuyos argumentos para justificar eso no están del todo claros. Por eso, en este artículo queremos hablaros de los mitos de la sal. ¿Qué es verdad y qué no, basándonos en la ciencia? ¿Qué cantidad recomiendan los médicos consumir de este añadido a las comidas que aporta ese toque salado, muy necesario en muchos platos? Descubre todas las respuestas a continuación para saber, con razones, cómo utilizar este alimento natural.

El alimento y su uso en la cocina

Antes de entrar en materia con los mitos de la sal, cabe recordar que es un compuesto de cloruro y sodio con porcentajes del 60 y 40 % respectivamente. Se extrae de la propia naturaleza, en concreto del mar, como sucede con las salinas de Ibiza, isla de la que es muy famoso este producto del que os hablamos una vez. En cuanto a su uso en la cocina, es un añadido que acentúa el sabor de las comidas, pero también es útil para el buen funcionamiento de nuestro organismo. No obstante, en las últimas décadas se ha considerado a la sal como mala para una alimentación saludable, llegando hasta el hecho de eliminarla de los platos.

¿Por qué? Pues porque puede incrementar la hipertensión y tener consecuencias negativas sobre el sistema cardíaco, a pesar de que los científicos no hayan hallado una relación tan directa entre causa-efecto. En realidad, entran en juego otros muchos factores. Pero, aparte de esto, en lo positivo la sal tiene su papel, ya que los dos compuestos que la forman son electrolitos muy abundantes en nuestro cuerpo. Sus átomos actúan en el sistema nervioso y muscular. Además, regulan tanto el volumen como la presión sanguínea.

Entre otros beneficios, el problema suele estar en su consumo en exceso. Se recomienda tomar una cantidad que no sea mayor de 3,75 gramos al día. El mayor cuidado que hay que tener es con los alimentos procesados, ya que muchas veces no tenemos en cuenta los gramos que tienen de este condimento.

mitos de la sal
Sal / Foto: saldeibiza

Los numerosos mitos de la sal que debes olvidar

Dicho todo lo anterior, entre los mitos de la sal está que aumenta la presión arterial, pero no es el único alimento que lo hace ni todas las personas responden igual al sodio. Hay algunos colectivos que son más propensos a sufrir esta consecuencia (diabéticos, ancianos, obesos…). Por tanto, no hay que generalizar, no es del todo verdad, al igual que ocurre con la idea de seguir una dieta sin sal alguna. Falso, pues es necesaria, como hemos explicado anteriormente. También es beneficiosa para la función endocrina y hormonal.

Luego, otro de los mitos de la sal es que engorda, pero no es cierto, ya que no aporta calorías ni se relaciona directamente con el aumento de peso. Más bien al contrario, algunos estudios han revelado que ayuda a perder. Por otro lado, con la retención de líquidos sucede lo mismo que con la hipertensión, que depende de cada persona y de otros problemas que esta padezca. Precisamente hablando de distintos individuos, cabe desmentir que su alto consumo perjudicial no es cosa solo de mayores, sino que afecta a niños y jóvenes también.

Por último, finalizamos con otros dos hechos que no son reales. El primero es que si un alimento no está salado es porque no lleva este añadido natural, pero en muchos casos se camufla muy bien. Que no se perciba en el sabor no significa que no lo contenga, hay que leer bien la composición nutricional del producto. En cambio, en el segundo de los mitos de la sal ocurre al revés: las bebidas con gas ya no tienen sodio. Antes se elaboraban con dicho elemento, pero actualmente incorporan dióxido de carbono.

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