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Momento de ensaladilla rusa

Con el verano buscamos platos que sean sencillos, fáciles de preparar y lo más importante que sean frescos. Sin duda la ensaladilla rusa cumple todos los requisitos para ser un plato veraniego, aunque tiene espacio en nuestros menús para disfrutarla durante todo el año.

No es fácil, como sucede con muchas recetas conocer el origen de la ensaladilla rusa. Parece que fue a mediados del siglo XIX que un chef ruso de origen franco-belga llamado Lucien Olivier quién servía una ensalada en su afamado restaurante moscovita llamado Hermitage. Allí junto con su socio Yakov Pegov popularizaron esta ensalada. La servían con carne de caza como la perdiz o el venado y cangrejo o caviar, además de patata, hueco cocido y pepino. Además le añadían mayonesa con alcaparras y mostaza. Obviamente con el tiempo y el paso por los diferentes países la ensaladilla rusa , o Olivier como algunos prefieren llamarla, ha tenido cambios.

La anécdota del nombre del plato es que durante el franquismo se quiso cambiar el nombre. Todo para evitar llamarla rusa y que se asociara con el comunismo. Se intentó con el nombre de ensalada imperial e incluso con el de ensalada nacional pero la idea no arraigó.

La ensaladilla rusa en España

En España la ensaladilla rusa es una receta ya muy consolidada y conocida desde hace más de un siglo. Se elabora con vegetales y legumbres cocidos cortados en trozos pequeños o dados. Las hortalizas cocidas se amenizan con carne, pescado, marisco o crustáceos y se le añade y mezcla abundante salsa mayonesa.

La propuesta clásica es que además de las hortalizas cocidas como la patata, las judías tiernas, la zanahoria, se le pueden añadir atún en conserva, gambas, surimi, aguacate, aceitunas, huevo duro etc. En el recetario hay multitud de opciones y propuestas para esta elaboración. También el mercado facilita las hortalizas ya cortadas y congeladas para ayudar a la elaboración.

Es importante el papel de la mayonesa en esta receta y su conservación. Recordad que  la mayonesa debe estar conservada siempre en frío para reducir el riesgo de contaminación de salmonela.

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