En este artículo tratamos las mayores amenazas de la naranja española, la cual es cada vez menos competitiva. Descubre por qué su competidora de Sudáfrica ha irrumpido en el mercado más fuerte que nunca durante esta última temporada. ¿Qué tiene que ver la guerra en Ucrania? ¡Vamos a verlo!
¿Por qué la naranja española pierde competitividad?
No es que Ucrania fuese un gran importador de cítricos españoles. Tampoco lo es Rusia, que desde 2014 veta la entrada de frutas españolas como respuesta a las sanciones por la anexión de Crimea. Se trata de una tormenta perfecta que pone en riesgo a la naranja española. Lo primero que debemos señalar es que le ha salido una competidora proveniente de Sudáfrica. Esta se cultiva bajo estándares sanitarios menos exigentes por mano de obra menos costosa. Así pues, su precio es más reducido.
Ya llevaba tiempo con presencia en los mercados europeos, solo que su temporada no coincidía con la española. Sin embargo ha destacado esta última temporada por su gran volumen, además de por coincidir con la de España. Es decir, se prolongó hasta noviembre, dos meses más de lo habitual. Así pues, si el pico de ventas de productos españoles comenzaba en octubre, esta temporada ha tenido que retrasarse, o que hacerse a menores precios. A niveles que, incluso, han sido inferiores a los costes de producción.
El sector de la naranja española espera que se trate de un suceso puntual. Les gustaría que se debiese a los problemas que ha vivido la campaña sudafricana, marcada por los disturbios civiles, el cierre del puerto de Durban o los ciberataques contra sus terminales de contenedores, entre otras cosas. Por si fuera poco, la invasión a Ucrania no ha hecho más que empeorar la situación.
¿Qué papel juega Ucrania?
Ahora que exportar a Ucrania es imposible y hacerlo a Rusia es muy caro, muchas compañías de hemisferio su necesitan otros mercados. Por ello es que se lanzan, como la naranja de Sudáfrica, a los países de la Unión Europea. Además, el Reino Unido ya no está unido a los países Europeos por los vínculos que tenía antes del Brexit. Por ello es que ahora ya no centra sus importaciones de frutas en las de España u otros países del sur de Europa.
Por si fuera poco, desde antes de la guerra, la naranja también sufre la espiral inflacionista que afecta a todo el campo. Los precios de los insumos agrario están por las nubes y esto reduce los márgenes de beneficios del sector. Además, la crisis de suministros ha disparado los costes del plástico o del cartón, los cuales son necesarios en la distribución. ¿Qué pueden hacer los productores españoles de naranja para salvarse? ¿Qué futuro les espera?