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Primer aditivo del CSIC contra la listeria

El brote de listeriosis en la carne mechada de la empresa sevillana Magrudis que escandalizó a nuestro país este pasado verano ha acelerado la búsqueda de alguna solución científica. Pues bien, un grupo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado desarrollar el primer aditivo contra la listeria. Realmente, va dirigido a los envases de contacto con el alimento que contiene en su interior para matar a la bacteria. En esta creación también ha participado la empresa de base tecnológica Encapsulae. Lo que consigue este invento es reducir de manera drástica la población de bacterias, actuando en el plástico conservador. Conoce más aquí.

Así funciona este aditivo contra la listeria

«Investigando qué tipos de aditivos están presentes en la comida, vimos que algunos de ellos tenían una función conservante. Lo introducimos en un plástico para trasladar esa función al material y conseguimos que se convirtiera en un envase activo, que extiende la vida de los alimentos», explicó a La Vanguardia el consejero delegado de Encapsulae, Javier Menéndez. En los ensayos, este aditivo contra la listeria demostró actuar con una alta actividad en 24 horas, logrando que de formarse 100.000 unidades de colonias se pasase a cero. Todo un éxito científico para mejorar la seguridad alimentaria en productos como las carnes.

Así, el primer aditivo contra la listeria actuaría como un proceso disruptivo donde se modifica la distancia de los enlaces químicos del conservante alimentario. Este encapsulado genera una superficie de contacto que evita el crecimiento de las bacterias. Así lo explica a La Vanguardia José Francisco Fernández Lozano, profesor del Instituto de Cerámica y Vidrio (ICV). 

También útil contra otras bacterias

Además, «también puede deshacerse de otros microorganismos, como la bacteria conocida como Escherichia Coli o la Campylobacter, que suele aparecer en el pollo crudo», asegura Menéndez. Esto no son más que buenas noticias para el sector cárnico, ya que ingerir o consumir un alimento contaminado tiene una alta tasa de mortalidad (70 %). Este porcentaje, eso sí, se refiere a grupos vulnerables como ancianos y fetos, reduciéndose al 30 % en el resto de colectivos.

No obstante, se dan pocos casos de estas infecciones. En 2017, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) registró 2.480 en listeriosis, dentro de la UE. Murieron 227 personas afectadas. Pero, ¿qué alimentos tienen mayor facilidad para contaminarse con dicha bacteria? Pues la leche cruda, el queso elaborado con leche sin pasteurizar y otros poco curados o frescos, además de los embutidos y los patés.

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