La ternera blanca es un producto gourmet con grandes propiedades que está ganando muchos consumidores en los últimos años. Con una relación calidad-precio mejor que la de la carne roja, este tipo de ternera además apenas tiene grasas. ¿Quieres saber por qué se dice que es tan saludable y por qué está ganando tantos adeptos? Hoy te lo descubrimos.
¿Por qué es saludable la ternera blanca?
La ternera blanca en primer lugar es tierna y fácil de digerir. Procede de animales con una edad de sacrificio comprendida entre 0 y 8 meses y aunque es un producto de lujo vale la pena incluirla en nuestros platos de vez en cuando por sus múltiples beneficios.
Algunas de sus muchas propiedades son que esta carne magra apenas contiene hidratos de carbono y la proteína es su nutriente principal presente. Asimismo, es rica en vitamina B12, que puede ayudar a tu organismo a metabolizar las proteínas y a crear glóbulos rojos; presenta un alto contenido en agua; y es rica en potasio, zinc y calcio.
Aunque un aspecto importante y no tan bueno a tener en cuenta es que la carne blanca también puede subirnos el colesterol, por lo que hay que hacer de ella un consumo regulado. Ya que la única forma de reducir el riesgo de sufrir niveles de colesterol elevados es recurrir a una alimentación basada en las proteínas de vegetales como las legumbres, los frutos secos o los lácteos y reducir el consumo abusivo de todo tipo de carne, tanto roja como blanca.
¿En qué se diferencia de la ternera roja?
La primera diferencia entre estas dos carnes es obvia, el color. La ternera blanca es mucho más pálida que la roja. Esto se debe a la falta de mioglobina, una proteína que compone los músculos y que presenta un color rojo muy intenso. De igual modo, esto nos lleva a la segunda diferencia, y es que en la mioglobina se encuentra el hierro en grandes cantidades, por lo que la ternera roja tiene más que la blanca que no tiene.
Otra similitud que tienen estos dos tipos de productos cárnicos se puede apreciar en la jugosidad y en la ternura. La ternera blanca no contiene nervios, por lo que es más jugosa y tierna y además es más adecuada para la digestión de los niños y los más mayores. Parte de estas dos características vienen dadas por cómo han sido alimentados sus animales de procedencia, ya que en el caso de la blanca se alimentan solo de leche materna y no también de pasto como en el caso de la ternera roja. Por último, la ternera blanca se caracteriza por ser casi inodora a diferencia que la ternera roja.
Receta de ternera blanca en salsa de champiñón
Para disfrutar bien de esta carne qué hay mejor que atreverte a innovar con nuestra recomendación de ternera blanca en salsa de champiñón. Para realizar este plato principal no necesitas más de una hora de reloj y los sencillos ingredientes tan solo con filetes de ternera blanca, champiñones, una cebolla, un limón y un vaso de nata líquida.
Lo primero que debes hacer para empezar esta receta es saltear la ternera en una sartén con un poco de aceite hasta que se dore por ambos lados y retirarla. Después, tienes que freír la cebolla troceada muy fina hasta que se quede transparente y añadir los champiñones laminados junto al zumo de limón. Luego añade la nata líquida y déjalo hirviendo hasta que la salsa espese. Por último, solo queda agregar los champiñones y la cebolla, verter la salsa sobre la carne y… ¡listo para servir y disfrutar!
A pesar de ser un producto gourmet puedes adquirir ternera blanca en supermercados como Alcampo o en Mercadona o si lo prefieres en carnicerías especializadas de tu zona. Y, aunque su precio es algo más elevado que la ternera roja, vale la pena comerla gracias a sus increíbles características y propiedades. ¿Conocías las diferencias con la carne roja? ¿Cuál prefieres? Si aún no has probado los dos tipos ha llegado la hora de que lo hagas.
