Los alimentos que podemos encontrar en cualquier supermercado o tienda familiar podrían estar sufriendo últimamente un menor control alimentario en Europa. Esto es lo que ha denunciado la Organización Europea de Consumidores (BEUC), tras publicar un informe reciente que analiza las medidas que se están tomando. Según concluyen, los países destinan menos recursos económicos y humanos a las inspecciones de alimentos, algo que podría repercutir en la seguridad alimentaria. Además, le dan poca importancia al etiquetado e incluso reducen los controles a productos más susceptibles de provocar algún problema de salud. Conoce más aquí.
Tendencia preocupante del control alimentario en Europa
El informe deja bien claro que estamos ante una tendencia preocupante que pone en riesgo la seguridad alimentaria al mismo tiempo que facilita el fraude de productos. Todo porque existe un menor número de inspecciones que incluso llegan a alimentos con mayor riesgo de causar una infección por toxicidad. Huevos, carnes o lácteos están incluidos en este grupo, algo que no parece preocupar a la comunidad europea. Ni siquiera teniendo en cuenta que han aumentado los escándalos por productos en mal estado o con algún problema. Así lo ha ido reflejando la prensa.
Ese hecho no hace más que justificar que el control alimentario en Europa tiene debilidades, desde el aspecto legislativo hasta el puramente práctico. ¿Qué medidas toman los gobiernos de cada país para cumplir con estas leyes y con esas inspecciones? Es lo que se preguntan los consumidores, según indica el informe del BEUC, aunque a estos no les importe demasiado la seguridad alimentaria. Porque una encuesta que realizó la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA) así lo reveló.
Pero que exista una menor preocupación de la sociedad no puede eximir a los países de vigilar bien que las empresas cumplan con las medidas establecidas para el sector, en dicho aspecto. Invertir en un mejor control alimentario en Europa es apostar por la salud de millones de personas. Aunque los avances científicos y tecnológicos hayan ayudado a elevar los estándares de seguridad y las prácticas higiénicas, queda por hacer.
Algo que puede mejorar todo eso podrían ser las nuevas reglas de la UE para armonizar la información de los Estados miembros sobre controles alimentarios. Esto permitiría comparar más fácil las labores de los distintos países para saber si lo toman en serio o no tanto. También en el aspecto de control del etiquetado, al que dan poca o ninguna prioridad. Lo cierto es que pocos estados deciden publicar los resultados de sus inspecciones.