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Grillos: la UE legaliza el alimento del futuro

Los grillos ya se pueden consumir con seguridad en Europa como alimento. El pasado viernes la Comisión Europea autorizó y aprobó la propuesta de Bruselas: comercializar el grillo doméstico como alimento dentro de la Unión Europea. Se convierte así en el tercer insecto comestible en suelo occidental. El primero fue el gusano de la harina en mayo de 2021 al que le siguió la langosta migratoria en noviembre ¿Son los insectos un alimento nutritivo y saludable para los humanos? Descubre eso y más, ¡sigue leyendo!

¡Aperitivo de grillos en Europa!

La decisión fue impulsada tras conocer la conclusión de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que confirmaba la seguridad del grillo doméstico como ingrediente y alimento para el consumo humano. La preocupación de la Comisión recae, sobre todo, en su alergenicidad. Por esa razón, todos los productos que contengan este alimento deberán ser etiquetados correctamente. Alertarán así de cualquier posible reacción alérgica.

grillos
Grillos como alimento/Fuente: Reportero Indigo

Fair Insects B.V., empresa neerlandesa dedicada a la producción de insectos como alimento, fue quién solicitó a la Comisión Europea la comercialización del grillo doméstico en tres formas: congelada, desecada o en polvo. De esta forma, los grillos podrían usarse como ingrediente o como aperitivo. Solo Fair Insects podrá comercializar este nuevo alimento hasta que una nueva empresa lo solicite.

¿Son los insectos saludables?

Los insectos proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado. Los insectos son especialmente importantes como complemento alimenticio para los niños desnutridos porque la mayor parte de las especies de insectos contienen niveles elevados de ácidos grasos
(comparables con el pescado). También son ricos en fibra y micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y cinc. Informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación)

La EFSA también ha afirmado que los grillos son nutritivos y una fuente saludable con alto contenido de grasa, proteína, vitamina, fibra y minerales. Además, también son saludables para el planeta. Uno de los objetivos de la estrategia de la Unión Europea «de la granja a la mesa» es promover un modelo alimentario más sostenible. Por tanto, es crucial encontrar fuentes de proteínas alternativas a las convencionales, en su mayoría perjudiciales para el medio ambiente. Y los insectos son una gran opción.

No es el primer intento. Desde hace años se buscan nuevos alimentos cuya producción sea sostenible y combata el cambio climático. Un ejemplo de ello es la carne artificial. El proyecto lleva años desarrollándose con el fin de sustituir a la carne convencional. El motivo es que la práctica ganadera genera grandes emisiones de gases invernaderos como el metano. Además, también se lograría evitar o reducir el número de animales sacrificados.

El pánico de Occidente a comer insectos

En Europa no estamos nada acostumbrados a comer estos invertebrados. De hecho, te habrás asustado más de una vez al ver esos reportajes en los que aparecen personas comiendo todo tipo de insectos. Seguro que has pensado «yo no podría». Pues resulta que los humanos llevamos consumiéndolos desde la Antigüedad. En el caso de América las tribus prehispánicas lo hacían en gran sintonía con el medio ambiente. Los insectos suponían una parte fundamental de su dieta gracias a su calidad nutricional y su abundancia.

Los insectos fueron, indudablemente, de suma importancia en la alimentación de los ancestros del hombre, y han jugado un papel significativo en la historia de la humanidad.

 

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No obstante, no hace falta irse muy lejos. En la actualidad, los insectos forman parte de la dieta diaria de aproximadamente 2 millones de personas. Existen multitud de lugares en los que se consumen cientos de especies diferentes. La entomofagia, el consumo de insectos por parte de los seres humanos, es más común de lo que parece. Esta práctica se lleva a cabo en varias partes del globo, concretamente en Asia, África y América Latina.

Aunque en Occidente (de momento) lo veamos extraño o primitivo no es nada nuevo ni nada raro. De hecho, la inclusión en nuestra alimentación es relativamente fácil debido a varios factores. Su cría y recolección no suponen grandes inversiones. Y, su procesamiento como alimento es bastante sencillo, ya que incluso algunas especies se consumen enteras. Quizás, uno de los grandes topes sea ese escalofrío que nos entra a los occidentales en el cuerpo cuando pensamos en esta idea. Quizás, sea hora de dejarlo atrás.

 

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