¿Qué consecuencias tiene la pandemia en el consumo de vino en España? Descubre qué han supuesto tanto las medidas para frenar la covid como su retirada en el sector vinícola. ¿Hacia dónde se dirige el vino español? Respondemos a estas y más cuestiones a continuación.
El consumo de vino en los tiempos de la covid
La pandemia ha sido especialmente dura con el sector vitivinícola. Tanto el confinamiento como las restricciones en hostelería pusieron a nuestra querida bebida contra las cuerdas. No obstante, esta bajada implicó un rebote por el cual el consumo de vino creció un 14,2 % en 2021 respecto al año anterior. La medida exacta es de 10’4 millones de hectolitros según la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE). Esta cifra supone un incremento de 1,3 millones respecto a 2020.
El infe que verifica estos datos lo realizó el Observatorio Español del Mercado del Vino para la institución ya citada. Para recabar estos datos fue menester que todos los operadores declarasen al Sistema de Información Vitivinícola. Las aduanas también han sido de gran ayuda para comprender los datos de comercio exterior. Todo muy positivo, ¿verdad?
Menos producción pero mayor exportación
Tenemos que dar la mala noticia de que la producción nacional española se ha visto disminuida. A pesar del aumento en el consumo de vino, el estudio muestra una clara reducción. Los datos correspondientes al mes de diciembre de 2021 han mostrado una producción total de vino acumulada en los cinco primeros meses de la campaña 2021-2022 un 11’6 % menor que en el periodo anterior.
El descenso ocurre sobre todo con el mosto ya que baja en un 21’6%. Mientras tanto, el vino lo hace en un 12’6%. Por el contrario, las exportaciones sí se han visto incrementadas. La relajación de las medidas para prevenir el contagio de la covid ha supuesto un flujo constante de mercancías. En el caso del vino, al reabrir la hostelería en los países importadores, las ventas han aumentado de manera sustancial.
España ha incrementado las exportaciones de vino un 16% durante el periodo enero-noviembre en comparación con el del año anterior. Además, la facturación representa un 9’6% más . Curiosamente se da la paradoja de una mayor venta y una menor producción. Por ello es que se produce la reducción de las existencias de vinos en bodega. Es decir, un 7’5% menos que durante el año anterior. Es el aumento del consumo un «efecto rebote» o realmente coge fuerza el vino español?