Los alimentos incorporan características adheridas a su lugar de procedencia y elaboración. Por ello, aumenta su demanda dependiendo del país de la etiqueta. Por ejemplo, muchos consumidores tienden a requerir miel francesa. Sin embargo, al ser un producto tan solicitado sufre el riesgo de convertirse en fraude. Es decir, presentarse con una etiqueta que no le corresponde. Te contamos los detalles de este problema aquí.
¡Cuidado con los alimentos “franceses”!
En 2020, la Dirección General para la Represión del Fraude (DGCCRF) del Ministerio Francés de Economía realizó una investigación. Esta manifestó que un 30% de los alimentos comercializados y etiquetados como hechos en Francia tenían algún tipo de incumplimiento fraudulento. Sobretodo, aquellos que se venden en ferias y mercados. Mientras que en las ventas al por menor uno de cada cuatro productos es fraudulento. También se encuentran artimañas en las etapas de producción y en la etapa mayorista. Aunque, en esta última fase solo se da en un 5% de los casos.
La mayoría de estos fraudes se han resulto mediante advertencias. No obstante, se han abierto 20 expedientes penales por engaño y prácticas comerciales engañosas. De hecho, la DGCCRF destaca dos casos por encima del resto. Ambos relacionados con la miel. El primer caso apunta a un operador Moselle. Este se dedicaba a comprar la miel a un tercero, mayorista. Para posteriormente envasarla en su taller y, finalmente revenderla en mercados y tiendas locales. Alegando, por su puesto falsamente, que provenía de su finca.
El otro caso es parecido. La diferencia se encontró en que importaba miel de Bulgaria, a la vez que tenía colmenas francesas. El individuo mezclaba ambas mieles y las vendías como francesas. Los investigadores revisaron los cuadernos de cosechas y facturas y analizaron la miel en el laboratorio. De esta manera se encontraron inconsistencias e incompatibilidades en el nivel de producción con el número de colmenas.
Importantes conclusiones sobre la miel
La investigación de la DGCCRF, a parte de esclarecer muchos casos de fraude en la comercialización alimentaria, sacó interesantes conclusiones. De las que destacamos tres:
- La etapa de producción es una fuente importante para el afrancesamiento. Más cuando se tratan de empresas productoras y comercializadoras a la vez. Especialmente, cuando se trata de frutas y verduras o setas.
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- A la hora de la venta al por mayor, hay productos que son menos prestados al fraude. Esto es debido a que, la mayoría de ellos, tienen una vida útil corta. Así como que son más frágiles o tienen un marketing en torno al embalaje. Por lo que dejan menos margen a la manipulación y modificación del embalaje.
- Más específicamente en el sector de la miel. Los fraudes se suelen dar por parte de productores que mezclan su producción doméstica con la importada. Unificándola y vendiéndola como francesa.
En España… ¡también pasa!
Al igual que ocurre en el país galo, en España se han destapado varios casos de fraude con la miel. En este caso, semejante a los anteriores, se mezcla la mitad de miel española con la china. Vendiéndose como nacional. Según ha destapado la OCU y diversas asociaciones de agricultores. Esto desemboca en una disminución de calidad y de precios. “Si la están mezclando, nos están arruinando. El precio al que llega esa miel a las fronteras españolas es ridículo”. Ha expresado Javier Perpiñán, trabador de la granja apícola de Chiva.
Además, la calidad de esta miel, importada de China por la frontera de Portugal, se pone en duda. Ya que esta miel utiliza sustancias como el jarabe de maíz y glucosa que ¡están prohibidos en la Unión Europea! China la está dando a terceros países y nos las están vendiendo en Europa. Se está haciendo un producto muy malo al que ya ni siquiera podemos llamar miel” se ha quejado Mario Fernández, de la Asociación Española de Agriculturas. Ante esto los apicultores piden la ley ampare que en el etiquetado solo aparezca “origen España. Sin especificar el lugar de procedencia del resto de mezcla.
Con nuestros apicultores en defensa de la miel aragonesa y española y un sector apícola rentable y sostenible. ¡Basta de fraude en la industria agroalimentaria y grandes superficies que venden mezclas y sucedáneos como miel de aquí! Por unas etiquetas claras. #ConsumeMielEspañola pic.twitter.com/Gql5K8E04y
— Nacho Escartín Lasierra (@Laenredadera) December 11, 2018
La procedencia u origen de los alimentos tiene un gran valor en su importancia. Es por eso, por lo que muchos productores tienden a engañar a sus consumidores. Un claro ejemplo es el de la miel. Nosotros apoyamos la petición de los apicultores que exigen un etiquetado completo en el que aparezcan. ¿y tu? ¿has sufrido algún fraude relacionado con la nacionalidad de un alimento?
