Inicio Actualidad La sostenibilidad en alimentación pasa a segundo plano

La sostenibilidad en alimentación pasa a segundo plano

El actual escenario inflacionista en la alimentación lleva al consumidor a priorizar el precio aunque este sensibilizado por la sostenibilidad. De este modo la sostenibilidad en la alimentación cede posiciones y el consumidor se focaliza en el precio. Esto es lo que se desprende de la 2ª edición del estudio del Basque Food Cluster ‘La alimentación sostenible. Un estudio que ha sido elaborado por Across The Shopper, consultora especializada en investigación y conocimiento del consumidor.

De esta forma el estudio refleja que el 53% de los consumidores priorizan directamente el precio en el momento de la compra. Si el precio es atractivo la sostenibilidad en la alimentación pasa a no tener importancia. Aunque 2 de cada tres personas si afirman que para ellos la sostenibilidad es un factor importante reconocen que la actual alza de los precios no les permite adquirir estos productos.

La mitad de la muestra de consumidores analizado en el estudio entiende y encuentra “lógico” que la alimentación sostenible tenga un coste superior. El dato importante de este estudio está en la pregunta de cuanto el consumidor está dispuesto a pagar por un producto sostenible en su alimentación. La respuesta es decepcionante ya que solo aceptan un incremento de un 5% por ser un producto de alimentación sostenible. Y es decepcionante porque la media de productos de proximidad y sostenibles son entre un 15% y un 20%.

Los diferentes perfiles de consumidores de alimentación sostenible

El interesante estudio del Basque Food Cluster analiza los aspectos que tienen más valor para los consumidores. Así los envases en bebidas, la pesca responsable en pescado, el bienestar animal y los productos no procesados en las carnes tienen una especial importancia para el consumidor.

Entre los diferentes perfiles para los millennial un alimento sostenible cumple con los estándares de ecológico o elaborado con vegetales. Para los mayores de 55 la sostenibilidad son productos frescos, de proximidad y de temporada.

El estudio trabaja otra clasificación para el consumidor. Desde el nada interesado “no va conmigo”, el iniciado “estoy empezando” el militante “estoy comprometido”. Lo sorprendente es el incremento  de los extremos. Así hace un año el 7% declaraban no estar interesados ahora lo hacen un 15%. En el otro extremo, los más comprometidos han pasado del 6% al 11%.

En cuanto a los frenos para un consumo responsable el perfil de gente más joven destaca que para ellos es el precio. Para los más seniors es no saber que es realmente un producto sostenible y para las familias la difícil gestión en la compra al tener que visitar diferentes establecimientos.

Compártelo