Escribe: Santi Llinares. Director de Información Gastronómica
Lo que marca la gastronomía de un lugar es su clima, su paisaje, su territorio. En el caso de Menorca además está influido por su larga historia de tierra de paso y de conquistas. Además, sus gentes y su carácter genuinamente mediterráneo dan a su gastronomía un sabor único que es un placer conocer y degustar. Su tranquilidad y su orgullo de pertenencia están marcadas en cada rincón de la isla y están impregnadas por una cocina de subsistencia que sabe valorar cada uno de sus productos.
Menorca tiene una riqueza en carnes, quesos, embutidos, frutas, verduras, pescados, repostería dulce y salada y bebidas que son además diferentes de los de otros lugares. Nos lo comenta la embajadora de la gastronomía menorquina, Blanca Mayandía Briones, a Información Gastronómica en un año en que Menorca es la Región de la Gastronomía Europea y que organiza durante todo 2022 diferentes muestras de sus productos y gastronomía.
Quesos de Menorca, el orgullo de la isla
Menorca es conocida y reconocida por sus quesos y están amparados por su Denominación de Origen Mahón-Menorca. En muchos lugares se conocen simplemente como queso Mahón pues aunque se elaboraban en toda la isla, Mahón era el puerto de salida para venderlos en la costa mediterránea.
Los hay de diferentes maduraciones, desde el tierno de una maduración tres semanadas a dos meses. El queso semicurado con maduración de dos a cinco meses, y el curado de más de cinco. Finalmente existe el añejo, un queso ideal para recetas gastronómicas y que enamora a muchos chefs.

Se elaboran con leche de las vacas de la isla de Menorca. Actualmente están en producción tanto vacas de la raza frisona, la más común, como de la raza autóctona, la raza menorquina. La Denominación de Origen Mahón-Menorca distingue la elaboración artesanal de la convencional, así como la elaboración con leche cruda.
Las sorprendentes carnes de Menorca
Sorprende la riqueza de carnes que tiene Menorca tanto por su diversidad como por su calidad. Desde las carnes de ternera y cordero hasta sus carnes de caza como la perdiz, el conejo, las codornices, los pichones, los patos y los tordos. Por supuesto, el cerdo, y en concreto el cerdo negro autóctono, tiene un gran protagonismo.
Recetas como el conejo con higos, las perdices con col, el cordero lechal al horno o la ternera en salsa son recetas tradicionales que no deberíamos perdernos en nuestra visita a la isla
Embutidos menorquines
En una isla donde era importante guardar alimentos para el duro invierno los embutidos tenían una gran importancia. Su apreciada sobrasada que se elabora con las partes nobles del cerdo y pimentón es la más conocida fuera de Menorca, pero hay otros embutidos que destacan también por su calidad. Un ejemplo es la carn i xulla elaborado con carne magra y tocino, o el botifarro blanc y el botifarro negre, que se elaboran con carne picada y se les añadía la sangre para elaborar el negro, o el cuixot, para el que se embute la carne picada y otras partes de la matanza con la piel del muslo del cerdo.

Pescados y mariscos, deliciosos
Si nos vamos a la costa los pescados y mariscos toman su protagonismo. Pescados de roca, azules y blancos, son una auténtica delicia. Desde el pez de San Pedro hasta la sardina, pasando por el rape, el salmonete, la raya, el mero y la lampuga junto con crustáceos como las cigalas, las gambas, las langostas o los centollos. También moluscos como berberechos nos regalan unas elaboraciones exquisitas.

Recetas populares y sencillas como la raya al horno o la caldereta de langosta nos llevaran al placer gastronómico que no olvidaremos. Un claro ejemplo que el producto es el protagonista.
Xoriguer, la destilería de la Menorca
La influencia de la colonización británica y su pasión por la ginebra hizo que en Menorca existieran varias destilerías. Actualmente solo existe una y es una enseña de la isla: la destilería Xoriguer. Allí se elabora su ginebra más conocida y clásica, una ginebra de una sola destilación, con alcohol vínico y con un solo botánico, el enebro. Actualmente además de su ginebra clásica elaboran otros tipos tanto de ginebra como de licores con distintas plantas y flores, así como el licor más tradicional, el de rosas.

El gin en Menorca se toma de muchas formas diferentes, por ejemplo con sifón, pero la forma más conocida es con limón, la popular pomada. Una mezcla de dos partes de zumo de limón y una de ginebra que se debe servir muy frío.
El vino menorquín
Existen diversas bodegas y la viticultura se está recuperando en la isla. Todo después de la casi desaparición del cultivo hace más de un siglo causados por la filoxera. Actualmente se están elaborando vinos de calidad con variedades como el tempranillo, Monastrell, Cabernet Sauvignon, Moscatell y Merlot, entre otras. Todos ellos bajo la Indicación Geográfica Protegida de Vinos de la Illa de Menorca.
Frutas y verduras, mundo vegetal
Su clima mediterráneo, su tierra y la salinidad de sus aguas aportan un sabor auténtico y diferente a las frutas y verduras de Menorca. Se producen todo tipo de verduras como calabacines, tomates, lechugas, berenjenas, coles, pimientos, cebollas, ajos patatas, boniatos, etc.
También las frutas de temporada como cerezas, peras, manzanas, melocotones, sandías y melones son de mucha calidad. Debemos destacar la producción de judías, guisantes y garbanzos como legumbres que se consumían a lo largo del invierno y en especial el trigo picado, el llamado arròs de la terra. Con el trigo picado se elaboran recetas riquísimas a modo de paella que son muy especiales para los menorquines.
La rica repostería menorquina
Otra gran riqueza de su gastronomía es la repostería. La tradición de que en las fincas hubiera un horno ha hecho que las pastas y empanadas, dulces y saladas, tengan una gran presencia. Sin duda, las diferentes culturas que han pasado por la isla como la musulmana, la británica, la judía y la francesa han ayudado a enriquecer su repostería.

En la repostería dulce destacan las ensaimadas, los buñuelos, los turrones, los pastissets, els crespells y los carquinyolis. En la repostería salada, las cocas de verduras, de carne, pescado e incluso de frutas. A modo de empanadas, nos encontramos con los rubiols, que son empanadas rellenas de carne o verduras, los flaons, unos panecillos de queso y huevo, las greixeres, unos pastelitos rellenos de sobrasada, y las formatjades, unas empanadas de carne o sobrasada.
Los imprescindibles en gastronomía
La embajadora gastronómica de Menorca, Blanca Mayandía, nos recomienda en nuestro viaje gastronómico hacer cuatro rutas imprescindibles.
La ruta de la carne en las poblaciones de interior: en esta ruta no puede faltar probar algo de caza, como sus perdices o conejos, aunque también su excelente ternera o su cordero lechal. Recetas con el conejo con higos o el cordero al horno podrían ser algunas de las propuestas tradicionales que encontraréis.
En la segunda ruta nos introducimos en los quesos menorquines y los embutidos. Su amplia variedad de embutidos empezando por las sobrasadas y los butifarrons. Y qué decir de sus quesos. Si sois amantes de los quesos atreveos con los madurados, los menos comunes fuera de las isla.
La tercera ruta es la del pescado y marisco. Platos como las calderetas de langosta, la raya al horno, los calamares rellenos o el pez de San Pedro son grandes propuestas. Pero no desestiméis sus sardinas a la brasa.
En la cuarta ruta os recomendamos que probéis toda su repostería, tanto la salada como la dulce. Probadlos para comprobar la alta calidad de sus elaboraciones y las cuidadas materias primas. Os cautivarán.

Por último nos os podéis ir sin probar algunos platos que están presentes por toda la isla y que es orgullo de cualquier menorquín. Uno es el Oliaigua, un plato sencillo y exquisito que se elabora con la cocción de agua y aceite al que se le añaden algunas verduras, tomate principalmente. Otro gran plato y tradicional es el Arròs de la terra, que se elabora, como os hemos contado, a modo de paella pero utilizando trigo partido. Normalmente se elabora con carne y costillas de cerdo.