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Miel de Liébana: dulzura cántabra

La miel de Liébana es única. Proviene de un precioso valle cántabro que resulta ser todo un Edén para las abejas.  Por eso es que te presentamos todos los secretos que le valieron la Denominación de Origen. ¿Sabías que en el trámite se utilizaron los papeles del diezmo a la Iglesia? Descubre otra miel mítica española como la que ya te describimos en otro de nuestros textos: la de La Alcarria.

Una miel con historia

Otro artículo más sobre el alimento favorito del torpe y amigable Winnie the Pooh. Esta miel en concreto procede de la comarca de Liébana, en Cantabria. Esta engloba municipios como Cabezón de Liébana, Camaleño, Cillorigo de Liébana, Pesaguero, Potes, Tresviso y Vega de Liébana. Todos ellos cuentan con el favorable microclima que les proporciona el valle. Así pues, hablamos de un entorno paradisíaco para las abejas. Las grandes extensiones de flores que brotan cada primavera son mucho más que un reclamo visual.

Lo primero que hay que destacar es que la miel de Liébana consiguió en 2016 su Denominación de Origen Protegida (D.O.P.). Obtenerla fue un proceso largo, pues no basta con afirmar que el líquido procede de una larga tradición. Por ello es que los apicultores tuvieron que demostrarlo. Utilizaron documentos del diezmo que los habitantes de la zona tributaban a la Iglesia durante la Edad Media. Además, emplearon el Catastro del Marqués de Ensenada durante el siglo XVIII. Este hacía referencia a la cantidad de colmenas producidas en el valle.

Por último, aportaron fuentes que confirmaban la producción de cera para el monasterio de Santo Toribio. ¡Estas datan del Siglo V! Ya no había nada más que declarar y lo que hicieron fue esperar. Las conversaciones empezaron en 2003 y por fin consiguieron su objetivo casi diez años más tarde, en 2016. Esta garantía de calidad refuerza su imagen en un entorno despiadado. Hablamos de que esta miel no puede competir contra las colmenas de producción industrial que incluso exportan. ¿Pero qué es lo que tiene de especial esta miel de Liébana?

miel de Liébana
Miel de Liénaba / Fuente: @casadelaslonas

¿Cómo es la miel de Liébana?

Podemos clasificarla en dos grupos claramente definidos:

Por un lado tenemos la miel monofloral de brezo. Esta se caracteriza por poseer un porcentaje mínimo de 45 % de polen de esta flor. El brezo es la planta que decora las laderas de los Picos de Europa. El resto corresponde a otras especies autóctonas del valle de Liébana. En cuanto al color, podemos describirlo como un tono ámbar con matices marrones-rojizos. Por otra parte, el aroma es floral pesado y de una intensidad media. Así como su gusto es amargo con notas de sal muy marcadas. Su tendencia a la cristalización es media y esta se produce en un grano fino.

Por el otro, podemos hablar de la miel de mielada. Esta miel de color ámbar casi negro procede del mielato de roble y encina. También del néctar del brezo y la zarzamora. Lo que hemos denominado mielato no es otra cosa que la miel del bosque. Esta variedad, por su parte, posee un aroma a madera de baja intensidad con un ligero componente de malta. Además, cuenta con un regusto con ciertos componentes salados. A diferencia de la anterior, posee una baja tendencia a la cristalización y su textura es fluida. 

valle de Liébana
Valle de Liébana / Fuente: @Spain

Proceso de extracción

La miel de Liébana se extrae a la antigua usanza. Se emplean colmenas verticales de cuadros móviles para criar las abejas. Una vez los apicultores quieren recoger la miel, desabejan estos cuadros mediante cepillado. Otro sistema empleado es el aire a presión. También suelen ahumar un poco la colmena con combustible natural. Así como durante el periodo de producción de miel no se alimenta a las abejas de forma artificial. En cuanto al proceso de extracción del producto, este se realiza mediante la centrifugación de los panales o por decantación.

Otra garantía de la D.O.P. Miel de Liébana es que la temperatura de este alimento no supera los 40ºC en ningún proceso. Por último, recordamos que no se acelera artificialmente de ninguna manera la cristalización del producto final. Así es como un apicultor puede lograr entre tres y cinco toneladas anuales de esta maravilla con al menos 500 colmenas.

Poco más se puede decir de este espeso líquido dulce procedente de unos seres tan pequeños. Esperemos que la próxima vez que la compres te fijes en la etiqueta. Es mucho más que miel lo que adquieres y si es española, mucho mejor. 

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