¿Sabías que podemos conseguir pan rallado sin necesidad de salir de casa a comprarlo? Eso sí, necesitaremos que nos haya sobrado una barra de pan en la comida y que se haya quedado dura. Nunca más cometas el error de tirar a la basura el pan duro, ya que existen multitud de recetas de reaprovechamiento que podemos hacer con este ingrediente. Desde el pan rallado hasta picatostes, migas o torrijas ¿Qué debemos tener en cuenta? ¡Sigue leyendo!
Pan rallado
El pan es un alimento con una vida útil muy corta. De hecho, nada más salir del horno comienzan ciertos procesos que conducen a su degradación. Uno de ellos es la migración de la humedad de la miga a la corteza. Y después, de la corteza al ambiente. El resultado es un pan seco y endurecido que ya no se puede comer. Se estropea rápido, pero eso no significa que sea malo consumirlo, ya que tarda varios días en pudrirse. Para aprovecharlo sin riesgos deben pasar no más de cinco días o fijarnos si tiene moho. Una vez rallado podremos conservarlo durante algunos meses en un lugar seco.
Hay quienes para asegurarse de que queda perfecto tuestan el pan duro antes de rallarlo. No obstante, no es necesario.
Picatostes
Los picatostes son una opción perfecta para muchas comidas. Con cualquier crema de verduras quedan estupendamente, además de estar deliciosos. Y, son facilísimos de hacer. Simplemente cortamos en daditos pequeños nuestro pan duro y los freímos en aceite de oliva hasta que queden crujientes.
Sopas de leche
La sopa de leche es un desayuno para aprovechar el pan del día anterior. También muy fácil de hacer. Cortamos el pan en rebanadas y lo ponemos en una cazoleta a fuego junto con la leche. Una vez empiece a hervir removemos unos minutos hasta que ambos ingredientes se fusionen. Por último, añadimos una pizca de canela. El último paso es opcional, pero le da un toque especial. Si utilizas leche entera queda más rico. No temas por los mitos sobre la idoneidad de los lácteos enteros para nuestra figura. Y tú, ¿Qué receta de reaprovechamiento harás primero?
