Rakia (o Rakija) es una bebida fruto de los usos de la uva que se desconocen fuera de los Balcanes. En España, país conocido por su producción de vino y su diversidad de uvas, no es popular esta clase de brandy. Vamos a ver cómo es un producto tan arraigado que incluso se le atribuyen propiedades curativas. Si estás planeando un viaje a estos países quédate con lo que vamos a contarte a continuación. ¿Te dará tiempo a probar todas sus variantes?
Una costumbre arraigada
Debido a la complejidad étnica de la región, la rakia posee muchas variedades diferentes. Además, cada país tiene su propia normativa en lo que concierne a las bebidas alcohólicas. A groso modo, podemos hablar de un brandy muy popular en la zona. Está tan arraigado que en verano se toma frío y en invierno caliente, con miel y pimienta negra. No tiene nada que ver con el licor de hierbas que se toma como digestivo tras la comida en otros países. Esta bebida se consume en un vaso pequeño a modo de aperitivo y se suele acompañar de ensalada antes de la comida.
Clases de rakia
Existen dos clases de rakia: el de uva y el de frutas. Las clases de uva utilizadas destacan por ser blancas y aromáticas. Las más empleadas son moscatel, sauvignon blanc, dimyat y variedades de misket. Por lo menos la de moscatel te sonará de algo si eres un entendido en vinos, ya que está muy extendida en España. La versión a base de uva es la más exquisita, por así decirlo. Tiene distintas subclases clasificadas según su forma de preparación.
En Bulgaria la ley diferencia la destilación a partir de mostos fermentados de uva, de jugo de uva y/o de hollejos. Esta última palabra hace referencia a la piel de la uva. En el caso particular de los rakia de vino, el mosto fermentado se destila en alambiques de cobre. ¡De esta forma obtiene un mínimo de 65 % de alcohol! Su principales cualidades son la riqueza en aromas florales, herbáceos, frutales… Todo un licor de hierbas.
Por otra parte está el de frutas. La más popular utilizada es la ciruela aunque no es la única empleada. Otras son manzana, chabacanos, membrillo, cítricos, duraznos y hasta frutos rojos silvestres. La ventaja que presentan es la gran cantidad de sacarosa que luego es transformada en alcohol.
La fruta escogida es triturada y luego fermentada. Luego pasa a un alambique donde se destila una o dos veces. De por sí la bebida es incolora, aunque la materia prima le aporta diferentes tonos. A diferencia de los brandis españoles, no se deja envejecer mucho. El rakia casero solo pasa hasta tres semanas en un frasco de cristal. El profesional no llega a esperar más de tres años en una barrica de madera.
Un curioso ritual en Bulgaria
Está tan fermentado que su graduación alcohólica oscila entre los 40 y 50 grados. Por ello es que muchos optan por mezclarlo con agua para rebajarlo. No obstante, los estómagos más fuertes la degustan a palo seco. Esto depende en gran medida de cómo se elabore, ya que los de fabricación casera suelen ser más fuertes. Bulgaria es el lugar donde más ha cuajado la costumbre de prepararlo en casa. De hecho, se establece un paralelismo entre el arraigo del cristianismo ortodoxo y el consumo de rakia. Por ejemplo, en dicho país forma parte de un ritual de los funerales ortodoxos.
En estos se sirve un trago a los invitados junto con un trozo de pan. Tras el primer sorbo el invitado derrama un poco al suelo y ruega por el pacífico descanso del alma. Después se sigue bebiendo hasta terminarlo. Además, los padres de las novias de las bodas ortodoxas ofrecen rakia a los invitados como suele hacerse en España con los puros. Todo ello sin mencionar las supuestas propiedades medicinales. En el ya mencionado país existe la costumbre de dormir con esta bebida en un pañuelo bajo la nariz. Lo hacen durante un resfriado a modo de Vicks Vaporub.
En Croacia también es popular beberla. La propia página web de turismo oficial del país define la bebida como aguardiente. Señala que es ideal para compartir momentos alegres con amigos. Es tan popular que incluso hay pubs especializados en ella. De hecho, hay uno en Zagreb cuyo nombre Rakhia no deja lugar a la imaginación.
Si vas con tiempo suficiente a alguno de los países de la zona balcánica y te planificas bien puedes hacer una buena cata de todos los sabores de rakia. Ahí no es ningún problema beber en el desayuno, ya que las ancianas lo consideran un ritual para la longevidad. ¿Curioso, verdad?