¿Por qué Japón busca que sus jóvenes beban más alcohol? Descubre el concurso Sake Viva! y entiende las razones de su polémica. ¡Vamos!
Un giro de 180 grados
La Agencia Tributaria japonesa ha puesto en marcha una iniciativa que va en contra de las políticas sanitarias de los últimos 20 años. Se trata de un concurso en el que los participantes envían sus propuestas para lograr que los jóvenes de Japón, 20-39 años, beban más alcohol. Pero… ¿por qué?
El Estado japonés lleva dos décadas tratando de reducir el consumo de este líquido. Su abuso resulta común en este país, lo que deriva en muchas enfermedades y en problemas sociales. Sin embargo, no esperaban que su consumo cayera tan rápido. Así pues, este se ha visto reducido muy rápidamente debido a la bajada de la natalidad y a las restricciones en los bares por la pandemia. Los patrones de consumo han cambiado al haber cada vez menos jóvenes y al no poder ir a los bares.
Menos sake, menos impuestos
Por ello es que el Estado ha dejado de recaudar mucho dinero a través de los impuestos de las bebidas alcohólicas. De aquí que naciera la polémica campaña «Sake Viva!». Con ella es que la Agencia Tributaria espera revitalizar esta industria en declive. Este mismo organismo, que también se centra en promover las exportaciones del famoso sake nipón, tiene claras sus propiedades.
Lo que busca es impulsa nuevos servicios y métodos en los que cobra protagonismo la tecnología. Así pues, algunos métodos que plantea para mejorar la distribución son la inteligencia artificial o el metaverso. Básicamente, su objetivo es despertar el deseo en este grupo de edad proponiendo productos basados en los nuevos estilos de vida. Tengamos en cuenta que el gasto promedio en bares en 2020 fue de menos de la mitad que el de 2019. Además, Japón no fue un país restrictivo ya que no decretó un confinamiento obligatorio.
Si embargo, el civismo de los ciudadanos les supuso cambiar sus patrones de consumo. Hoy en día se bebe más en casa. Sin embargo, cada vez están más de oda bebidas sin alcohol similares a la cerveza o a los cócteles. También triunfan otros productos con propiedades energéticas o presuntos beneficios para la salud. El plazo de inscripción abrió a principios de julio y cierra el 9 de septiembre. ¿Te parece una iniciativa ética?