El smen es una mantequilla tradicional marroquí que se elabora de forma casera. Esta forma parte indispensable de muchos platos de carne o cuscús. Además, se considera una buena forma de conservar la mantequilla cuando no hay neveras a mano. Actualmente, podemos decir que tiene más sabor a queso que a mantequilla. ¿Cómo es el sabor distintivo que da una pequeña cantidad a tus platos? ¡Te lo contamos aquí!
El smen mezcla el presente y el pasado
Esta mantequilla se suele agregar a recetas de tagine, matbout, rghaif y más platos tradicionales marroquíes. Sin embargo, también se disfruta mucho si se unta en pan y se come directamente. Con una pequeña cantidad de este producto en un plato, la diferencia será notable. Además, es prácticamente imposible encontrar un sustituto para las recetas que lo exijan. Así que si planeas cocinar un plato que contenga este alimento, ve preparándote para hacerlo.
Su preparación es muy sencilla, pero requiere paciencia. Únicamente necesitaremos mantequilla sin sal y una cucharada de sal marina. En un recipiente de plástico se pone la mantequilla y se cubre de agua durante una hora como mínimo. Poco a poco amasa la mantequilla en el agua para sacarle el suero de la leche. El objetivo es que el agua se vuelva turbia. Retiramos el agua y repetimos hasta que el agua quede completamente transparente. Escurrimos el resultado para eliminar toda la humedad posible.
Una vez seca, añadimos la sal y removemos poco a poco para que se integre en la mezcla. Ponemos la pasta resultante en un recipiente esterilizado y nos aseguramos de que la mezcla se asiente bien en el fondo. Tras esto, cerramos el bote herméticamente. Después de ello la guardamos en lugar seco, la abrimos cada 15 días para darle unas vueltas, y volvemos a cerrar bien. Tras 3 meses, el Smen estará listo.
¿Qué te ha parecido? Se trata de una receta que requiere paciencia, pero seguro que incorpora más sabor a tu cocina.
