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Aceite de nabina: ¿veneno?

El aceite de nabina te sonará seguramente. Quizá no con este nombre pero sí con otros que nos evocan a duros momentos. ¿Es capaz de intoxicar a miles de personas en la actualidad? ¿Es seguro? A continuación desmontaremos algún mito en torno a este producto. Se trata de uno de los aceites más empleados en nuestro continente europeo. ¡Vamos a ello!

Aceite de nabina. Sí, lo conoces bajo otros nombres como colza o canola. ¿Pero sabes de dónde viene? Pues procede de la semilla d una planta oriunda de la India llamada Brassica napus. Lleva miles de años cultivándose y en Europa es uno de los principales aceites más empleados para cocinar. Es el más consumido en el conjunto de la Unión Europea tras el del girasol. ¡De hecho en Alemania ocupa el primer puesto! Sin embargo, el fantasma del pasado aún persigue a este producto.

¿Es realmente tóxico el aceite de nabina?

Resulta probable que relacionaras este con un sinónimo de «muerte» tras leer la palabra colza. No en vano, el aceite adulterado de colza mató en España a 3.800 personas y dañó la salud de unas veinte mil. Fue un caso realmente dramático. Todo un escándalo causado por una mala praxis. Desde entonces figura cierto rechazo a este producto en el inconsciente colectivo Español. El aceite, cultivado principalmente en Castilla y León, no solo no es tóxico sino que posee ciertos beneficios.

flores aceite de cabina
Flores de colza empleadas para la elaboración de aceite de cabina/Fuente: Pixabay

Puede repercutir en tu salud (si no abusas) de forma positiva. Uno de los factores a tener en cuenta es la elevada presencia de ácidos grasos monoinsaturados. Estos pueden mejorar tu salud cardiovascular. Otra virtud del aceite de nabina es que es rico en omega-3 y en vitamina E. Lo primero también ayuda a tu sistema circulatorio, mientras que la vitamina es un antioxidante. Protege a tus células de los efectos de los radicales libres (sustancias que favorecen la aparición de cáncer).

Por si fuera poco, se trata del aceite con menor porcentaje de grasas saturadas (tan solo el 6’29%). En definitiva, el caso de 1981 quedó atrás. Se debió a una mala práctica difícilmente replicable con los controles sanitarios actuales. Esperamos que este artículo te haya abierto la mente sobre un tema tan cuestionado como el aceite de nabina. ¿Te ves capaz de usarlo en tu cocina?

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