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Agricultura, ganadería y alimentación low cost

Las movilizaciones de los agricultores españoles y también europeos en general a causa de sus problemas de viabilidad económica ya son conocidos por muchos ciudadanos.Y es que la alimentación low cost va a enterrar a los agricultores. Poco importan los problemas que tengan menos de un 2% de la población aunque estos gestionen la inmensa mayoría del territorio. Qué importa si no hay relevo generacional, qué importa si sus explotaciones no son viables. Al fin y al cabo si no se produce aquí vendrán de otras partes y ya está.  La priorización de una comida barata, si si barata sí se tiene en cuenta todo el esfuerzo y recursos que hay detrás es lo que importa. Cierto es que el eslabón débil de la cadena es el campo y que la distribución se reserva su margen y si hay que apretar al eslabón débil se aprieta sin cesar.

La doble moral de los ciudadanos y la alimentación low cost

Para el ciudadano medio lo importante es el precio. Por supuesto prefiere que sea un producto local, sostenible, ecológico, con todas las garantías pero que sea barato si no es así pues bienvenido el tomate de Marruecos, las naranjas de Sudáfrica y los espárragos de Perú. Y si el productor español pierde dinero y acaba cerrando pues que se le va hacer pero es importante no pagar más por los productos.

También es cierto que la gran mayoría de ciudadanos apoya las movilizaciones del campo y algunos de ellos compran productos de proximidad a un precio justo. También es cierto que no todas las familias se pueden permitir comprar con los criterios de sostenibilidad y al precio que debería ser.

La Unión Europea y su doble discurso

La Unión Europea también tiene los mejores deseos para el campo por eso reserva un tercio de su presupuesto para las ayudas PAC. A cambio pide un esfuerzo muy noble en más sostenibilidad, menos pesticidas, más barbecho etc.. Ahh y eso si piden un poco más de burocracia y que le dejen hacer intercambio comercial con países terceros con la alimentación para poder vender más coches y bienes de equipo en general. Y si hay que retrasar la agenda verde pues se hace como gesto de aproximación y si puede ser sin tocar los acuerdos o condiciones con terceros países mejor.

Y es que el gran problema y la solución es que los agricultores puedan cobrar precios justos por los productos. Si hace falta reducir la burocracia y adaptar los pesticidas de forma más gradual mejor que mejor pero la clave es poder vender a precios más razonables, es decir más altos. Eso si luego nos daremos cuenta que la vivienda aún es más inaccesible y que el resto del consumo se resiente y que no se puede parar la inflación pero hay que recordar que nunca las familias habían dedicado un porcentaje tan bajo a la alimentación como en la actualidad.

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