El colirrábano no es solo el cruce entre la col y el rábano, como su propio nombre indica. A continuación te explicamos las posibilidades que ofrece este producto cuyo consumo está cogiendo fuerza. Todo lo que es etiquetado bajo la denominación de superalimento en las redes atrae a multitud de compradores curiosos. Por si fuera poco, este alimento tiene un aspecto tan extravagante que puede recordar más a un Pokémon que a un vegetal. Conócelo.
Una crucífera de moda
Ha llegado a España otro producto de moda. El curioso aspecto de este alimento le ha valido popularizarse y ya cuenta con sus propios cultivos en el país. Así pues, el colirrábano ya no solo se importa sino que se cultiva en Aragón. Has leído bien ya que se trata del cruce entre la col y el rábano. De hecho, también es conocido por su nombre alemán (kohlrabi), que significa lo mismo. Este alimento pertenece a la familia de las crucíferas al igual que otras verduras extendidas. La col de Bruselas o el kale son otros dos ejemplos.
Cultivo del colirrábano
El que nos concierne hoy es probable que no te suene. No obstante, es bastante popular países como Alemania, Austria y Suiza. Aunque realmente proviene del noreste de Europa, donde se usaba como alimento para el ganado. Lo que comemos es la base del tallo engrosada en forma de tubérculo. Esta suele tener un color blanco, verde o rojo y su tamaño suele ser el de una pelota de tenis en el momento de recolectarlo. Posee un sabor parecido al del rábano.
Resulta ser un cultivo alternativo a este último alimento en zonas secas. Esto se debe a que requiere menos agua y resiste a las inclemencias del clima. Apenas alcanza los 30 centímetros en el momento de la cosecha. Tampoco necesita ser más grande porque su maduración es tan rápida que solo requiere de dos meses. El agricultor no debe dejar que los tubérculos se desarrollen demasiado, ya que pueden quedar demasiado duros. Se cultiva durante todo el año pero su época de cosecha natural (y cuando mejor sabe) es de julio a noviembre.
Alto contenido en vitamina C
El colirrábano no ha obtenido su calificación de superalimento en vano. Su virtud más destacable es su alto contenido en vitamina C. Tan elevado es que comiendo solo uno ya consigues el 102% de la dosis diaria recomendada. Ahora con el frío viene genial para reforzar el sistema inmunitario. Además, esta es antioxidante y juega un papel importante en la absorción del hierro.
Otra vitamina que contiene, te sonará por la zanahoria, es la A. Esta es útil para proteger la vista y viene sobre todo en las hojas del alimento. También debemos hacer alusión a la vitamina K. Esta favorece una buena coagulación de la sangre. En cuanto a minerales destacan el potasio, el hierro y el magnesio. Por último, podemos destacar que es rico en fibra.
Recetas
El colirrábano es extremadamente versátil además de vistoso. Lo primero de todo será decidir cuál comprar. Así pues, será fundamental escoger el que pese más de lo que aparenta y que posea hojas verdes. Una vez seleccionado los usos son amplios. Como superalimento de moda no nos sorprenderemos si leemos los ingredientes de un batido detox y nos lo encontramos. En cambio, en Alemania le dan un uso completamente distinto. Este fruto lo utilizan como ingrediente para sopas y purés, los cuales sientan genial en sus gélidas montañas.
Quienes tienen experiencia hirviéndolos suelen hacerlo durante 15 minutos más o menos. También hay personas que los pelan, los cortan en cachitos, los sazonan y los fríen como si fuesen patatas. Otra opción interesante es rebozarlos y convertirlos en parte de una tempura. Incluso puede aportar un sabor interesante a tus tortillas. Mejor aún si lo combinas con otros vegetales como la calabaza. Así pues, también pueden dar mucha vida a las ensaladas. No solo en cuanto a sabor si no en cuanto a color también.
En Ecuador, en cambio lo utilizan en la repostería debido a su toque dulce. Lo rallan y el polvo pasa a formar parte de los buñuelos. En la India, por otra parte, lo mezclan con yogur e incluso lo untan en pan para el desayuno. Este último uso lo hacen primero mezclándolo con cúrcuma, mostaza seca, sal, aceite y vinagre. Las posibilidades son infinitas, como puedes comprobar. Te animamos a que encuentres la mejor forma de prepararlo y aproveches su versatilidad para innovar. Difícilmente te arrepentirás.
