En una vida muy activa y con poco tiempo para realizar las compras y cocinar, las conservas de pescado o carne juegan un papel realmente importante. También las hay vegetales. Son un producto muy interesante para nuestra alimentación, además de que tienen algunas ventajas.
En el caso de las conservas de pescado, el alimento ha sido cocinado, envasado y esterilizado, lo que nos permite tener una alta seguridad. Conservarlo un largo tiempo sin refrigeración y, lo que es muy importante, sin utilizar conservantes y manteniendo su valor nutritivo.
Es importante asegurarse del estado del recipiente y comprar una buena calidad
Durante la compra de conservas de pescado o carne y antes de consumirlo, tenemos que comprobar que el recipiente está en perfectas condiciones. Así como que no haya ningún tipo de desperfecto, ni ralladuras, golpes u oxidación que hayan afectado al estado del envase. Otro punto importante es intentar comprar una buena calidad de conservas. Esas que nos asegure que el producto que está en el interior es bueno.
Una vez abierto, conservarlo en frigorífico y en otro recipiente
La conservación se debe realizar en un sitio sin luz y seco a una temperatura que no sea alta. Las conservas de pescado o carne durarán un máximo de 4 a 6 años en el caso de que estén en aceite. Una vez abierto el envase, es importante consumirlo lo antes posible y guardarlo en el frigorífico. También conservarlo en otro envase ya sea de cristal o de plástico que se pueda cerrar herméticamente.
Ventajas de las conservas de pescado o carne
El objetivo principal y original de la conserva es poder desestacionalizar el consumo de algunos de los alimentos. Esto nos dice que son productos que se han recogido en su punto óptimo de maduración. En el caso de los vegetales o de la pesca, pueden aprovechar los mejores precios y calidades en momentos que el mercado no puede absorber esa demanda.
Así, puedes encontrarte latas de conservas de pescado o carne de todo tipo. Las más comunes son de atún, sardinas, caballa y malva en productos del mar. Luego, predominan las albóndigas de pollo u otro animal en cárnicos.
En la Península Ibérica hay más de 250 empresas conserveras (como Calvo) con una amplia oferta tanto de tipos como de calidades. Desde las conservas más básicas a las exquisitas y gourmet que algunos restaurantes y bares están introduciendo. Así, también consiguen ponerlas de moda.