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El pistacho de Castilla-La Mancha, oro verde

Es un cultivo con gran proyección en el campo español y todo un referente agrícola en una comunidad autónoma de enorme extensión. Porque el pistacho de Castilla-La Mancha posiciona a esta región como líder de la producción nacional, mientras se incrementa la necesidad de encontrar soluciones a la escasez de agua. Una de ellas puede recaer perfectamente en este leñoso que crece en condiciones de secano y que en los últimos doce años ha ido ganando terreno. Así, los municipios manchegos miman su ‘oro verde’ de alto precio en el mercado pero también de altas propiedades para beneficio del consumidor. Aquí te contamos un poco más sobre este producto en auge.

Meteórico aumento de hectáreas manchegas

Sin mucha tradición arraigada, el pistacho de Castilla-La Mancha comenzó a hacerse un hueco en el panorama agrícola tanto regional como nacional a partir del año 2005, aproximadamente. Fruto de un ensayo experimental en la finca La Entresierra de Ciudad Real -dependiente del Centro Agrario El Chaparrillo– arrancó su plantación masiva. En concreto, de la variedad conocida como Cornicabra. Los resultados de aquel estudio fueron tan positivos que se abrió una puerta muy interesante de cara al futuro. Así, las tierras manchegas se tornaron como ideales para acoger los árboles de este fruto seco. En el siguiente punto explicaremos por qué.

Antes de eso, cabe analizar el meteórico aumento de terreno que ha ido ganando este cultivo leñoso desde que hace unos doce años la extensión se situase en unas 500 hectáreas y, actualmente, ronde 22.000. Así para toda la comunidad castellana, sobre todo en las provincias de Ciudad Real, Toledo y Albacete, zonas que acogen las mayores producciones. Son tanto de regadío como de secano, aunque este último lidera con gran diferencia sobre el otro. Pero ¿qué razones existen para que el pistacho de Castilla-La Mancha sea tal realidad?

Factores favorables a este cultivo

En las tres provincias mencionadas se dan unas condiciones perfectas para que se desarrolle con éxito el árbol del pistacho que, como hemos señalado ya, no ha hecho más que sumar hectáreas. Solamente Guadalajara está considerada una zona no idónea para este cultivo, mientras en Cuenca siempre depende de cómo se den ciertos factores. Por tanto, salvo estas dos excepciones, el pistacho de Castilla-La Mancha se beneficia de:

  • El clima mediterráneo seco. Previene en enfermedades que pueda padecer el árbol, al tiempo que las escasas precipitaciones mantienen viva su flor. Demasiada agua no es buena para este plantación.
  • La temperatura media anual de unos 16 grados. Resulta positiva en la fase de crecimiento y la floración, que se da en los meses de marzo y abril. Luego, el elevado calor estival es abono natural para que el fruto madure.
  • La escasa humedad que hay en las tres provincias ayudan a que no crezcan hongos.
  • Las mil horas de frío al año, pues durante el invierno necesita una temperatura baja mientras está en fase de reposo hasta que ya en primavera vuelve a iniciar su ciclo productivo.
Pistachos en su árbol

La ventaja del secano

Del total de campos manchegos que albergan este cultivo, 17.000 hectáreas son de secano, es decir, casi el 80 % de unos terrenos agrícolas donde apenas llueve. Esto demuestra la capacidad de los agricultores de la región para aprovechar esta escasez. Aunque una pequeña parte sea de regadío también, este debe ser por goteo y muy controlado porque demasiada hidratación perjudica al árbol. Por otro lado, la tendencia hacia el ecológico sigue creciendo igualmente.

Así se recolecta el pistacho de Castilla-La Mancha

Tras la maduración del fruto, los jornaleros trabajan a destajo a principios de septiembre en el inicio de la campaña de recolecta. Esta es manual o con máquinas que mueven cada árbol y de esa vibración van cayendo los pistachos. Después, van del campo a la planta de procesado, donde deben superar diversas fases: pelado, secado y aventado (descarte de los que están vacíos por dentro). Pero ahí no termina su clasificado, ya que los que están muy cerrados o manchados pasan a la rompedora. Así se abren para separarse el grano en la siguiente etapa, antes del almacenaje y conservado. A esta última parte llegan, pero por otro canal, los pistachos abiertos por naturaleza. Pasan el calibrado, se salan e incluso se torran. Ese tueste le aporta un gran sabor diferencial.

el pistacho de Castilla-La Mancha
Pistachos abiertos

Una vez en el mercado, el principal comprador de estos cotizados frutos secos manchego es Europa, con Alemania y Francia a la cabeza. Aquí en nuestro país, el consumo es mínimo mientras se apuesta más por los pistachos extranjeros. Así que el pistacho de Castilla-La Mancha es un tanto desconocido. Estados Unidos se enorgullece de sus 250.000 hectáreas e Irán de sus 140.000. Son los dos principales países productores de un leñoso que, desde las tierras castellano-manchegas, quiere competir bajo el sello español. Además, siendo una interesante alternativa a unos terrenos cada vez más escasos de agua.

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