El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España confirma una tendencia que existe desde hace años. Analiza el descenso en la ingesta de carne a través de su Informe anual del consumo alimentario 2021. ¿Qué tipos de carne se han vendido menos? ¿Cuál es el perfil de quien come más carne? ¡Vamos a comprobarlo!
¿Cuánto ha bajado la ingesta de carne?
La ingesta de carne lleva disminuyendo desde el año 2008. Esta tendencia responde a la preocupación de las personas por la alimentación saludable y por el medio ambiente. Además, este descenso ha sido ininterrumpido con la excepción del año 2020. De hecho, el volumen de carne comprada por los españoles se situó en un 14’8% menos que en 2008.
El descenso en la compra de carne fresca fue del 18’5% en 2021 respecto al 2008. Por otro lado, la carne transformada bajó un 6’6%. Además, su consumo per capital bajó de los 36’20 kilos a los 31’98 en 2021. No obstante, la carne fresca sigue siendo la más consumida en los hogares. De hecho su proporción en el consumo aumentó. Así pues, el 71’5% de carne que ingieren los españoles es fresca.

Cabe destacar que se ha intensificado la compra de carne congelada aunque no es lo «suficientemente para hacer crecer la categoría de carne en general» según el Ministerio de Agricultura. De hecho, el descenso en la ingesta de carne se extiende a cada categoría de carne fresca. La de vacuno descendió un 11’3% menos que en 2020 con un consumo medio de 4’75 kilos por persona. Mientras tanto, el descenso menos pronunciado tiene lugar en la carne fresca de conejo y los despojos.
¿Quiénes consumen más carne?
Según el Ministerio, son los hogares formados por parejas adultas sin hijos los que consumen más carne fresca. A estos les acompañan las parejas con hijos mayores y de edad media, de clase alta o media alta. En estas el responsable de compra supera los 50 años. Por lo general el porfi de quien consume todos los tipos de carne (vacuno, pollo fresco, ovino y caprino) suele ser media o media alta y alta. Además, también están las parejas con hijos.
Como conclusión podemos sacar que el aumento en el precio de la carne ha incidido en su consumo. Sin embargo, no es el único factor que lo explica. Es decir, el descenso ha sido continuo incluso los años anteriores a esta crisis inflacionaria. Por lo tanto, solo podemos esperar para ver cómo evolucionan las cifras de ingesta de carne. ¿Qué impacto tendrán las dietas basadas en plantas durante los próximos años?