Aunque a veces los insectos, como avispas y crisopas, pueden llegar a resultarnos algo molestos, son fundamentales para el desarrollo de la vida humana. Asimismo, se han convertido en unos “bichos muy buenos” que ayudan a los agricultores. ¿Quieres saber cómo actúan estos insectos contra las plagas y cómo se utilizan? Ahora mismo te lo contamos.
Insectos contra plagas, la alternativa perfecta a los pesticidas químicos
Para conseguir unos alimentos cien por cien sanos, sabrosos y ecológicos es necesario luchar contra las plagas de una forma natural y no química. Esto repercute en la calidad del producto, por ejemplo en los cultivos de los tomates y las berenjenas.
En el caso de la berenjena su principal plaga es el pulgón. Y ahora, para acabar con el problema de las plagas en ese alimento los agricultores están empezando a utilizar algunos tipos de insectos. Es el caso de la crisopa, de la denominada Aphidius ervi (una pequeña avispita parasitoide) y de los sírfidos.
Asimismo, a las crisopas (Chrysopidae) se las conoce como las destructoras número uno de la mosca blanca. Ya que depositan sus huevos en las larvas de las mismas para que en cuanto nacen comienzan a devorarlas. Las larvas tienen dentro de su dieta a la mosca blanca, a los pulgones, a las cochinillas, a los ácaros y a pequeños gusanos. Las flores son un importante elemento para atraerlos.
Del mismo modo, para el pulgón Macrosiphum de la berenjena es muy importante usar extractos vegetales sin materias activas perjudiciales para la salud que afectan también a estos insectos buenos. Además las larvas Chrysoperla sp y la avispa bracónida Alphidius ervi ya completan este ejército de diminuto tamaño y terminan el ciclo de destrucción de las plagas.
Crisopa para tomate
Para el tomate, sobre todo en el caso del delicioso “cherry”, se usan el llamado ácaro vasates y la polilla del tomate Tuta absoluta, conocida por prácticamente todo aquel que cultiva este producto en las ciudades de España.
Igualmente, para aprovechar las ventajas de esta última polilla es preciso actuar en “tres niveles”. El primero con Nesidiocoris para luchar contra huevos y las larvas más pequeñas, el segundo con Tricholine (avispillas) para parasitar dichos huevos y, por último, feromonas de confusión sexual para evitar su entrada y su reproducción.
¿En qué nos beneficia usar estos insectos contra plagas?
Aunque los extractos vegetales y otros productos biodegradables son una buena opción para intentar acabar con las plagas de una forma lo más natural posible, los insectos cada vez cobran más valor e importancia en el mundo agrícola. Gracias a ellos se respeta el medioambiente y la salud de los trabajadores y de los consumidores es aún mejor.
De igual modo, dentro de las curiosas y múltiples ventajas que los insectos benéficos presentan encontramos la efectividad en el control de las plagas gracias a su tamaño y necesidad vital.
También que no dañan los cultivos, ya que no se alimentan de estos; además, su pequeño tamaño evita estropearlos. Y, por último, que no requieren un alto costo de mantenimiento, es decir, un menor costo de inversión. Estos bichos auxiliares pueden ser añadidos por el propio agricultor. No obstante, hay algunos como las mariquitas, los aphidius o los scimus que ya actúan de forma natural.
Mariquitas contra pulgones
Por ejemplo, una sola larva de mariquita puede devorar entre 50 y 150 pulgones diarios. Y según su estadio larvario, un adulto puede depredar 80 pulgones diarios, y una hembra puede poner más de 1 millón de huevos durante su ciclo de biológico. Son por ello de los depredadores más conocidos en la agricultura y los que más éxito están teniendo en la lucha biológica contra plagas.
La propia naturaleza nos da muchas veces lo que necesitamos, ¿no crees? Además, gracias a estos insectos se consigue acabar con las plagas de una forma lo más natural posible y ayuda a mejorar la salud de todos. ¿Habías oído hablar de estos insectos contra plagas antes? ¿Te parece una buena alternativa para sustituir a los tradicionales pesticidas? Nosotros estamos completamente a favor.
