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Mal año también para las calçotadas

Si hay alguna verdura que nos invite a socializar esta es el calçot y las famosas calçotadas que se elaboran con él. Esta comida tradicional de la provincia de Tarragona pero que se ha hecho extensiva a muchas otras zonas es la gran excusa para hacer organizar encuentros y fiestas con familiares y amigos. Eso en circunstancias normales, anteriores a tiempos de pandemia como ahora. Esta temporada todo apunta a que será un año duro para los restaurantes especializados y también para muchos productores de este delicioso producto.

La temporada fuerte de calçots empieza a finales de enero, después del descanso de las copiosas comidas navideñas. Normalmente finaliza alrededor de Semana Santa aunque cada vez, por la gran aceptación, se extiende más, por lo que ya empieza en noviembre y finaliza en abril.

La pandemia frenará las famosas calçotadas

Las actuales restricciones causadas por el coronavirus van a ser un lastre para el sector. La IGP Calçot de Valls que produce más de 13 millones de esta cebolleta tierna y dulce está intentando retrasar la producción. Todo con la esperanza de que esos límites a las reuniones se anulen o sean más laxas para que los consumidores puedan disfrutar de este plato típico catalán.

También se quiere promover desde la IGP la venta online y animar que se incorpore esta cebolla a muchas recetas que se elaboran con otras variedades de cebolla.

calçotadas
Calçots elaborados en parrilla

Además de la zona de cultivo tradicional de Tarragona hay otras muchas zonas productoras de calçots. En toda España se producen más de 70 millones de estas cebollas. Se cultivan en Lleida, Almería, la comarca del maresme catalán y el delta del Ebro, principalmente.

El pasado marzo y con el primer confinamiento, el sector ya tuvo el primer impacto pero se pudo amortiguar con la venta online y la temporada no se perdió totalmente. Pero está en riesgo conforme avanza la mala situación sanitaria y con ello, un cultivo que es la base económica de muchos agricultores y hosteleros de la zona. Quizás sea el momento de reinventarse para preparar las calçotadas en casa con los convivientes solo para respetar las normas.

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