Cada vez resulta más frecuente escuchar las supuestas bondades de la mantequilla de cacahuete. Movimientos como realfood o el auge del fitness la han llevado a lo más alto. Sus partidarios afirman que te ayuda a ganar masa muscular debido a su elevado contenido proteico. De hecho, las marcas más conocidas de suplementación deportiva, como Prozis, ya la ofrecen en su catálogo. Sin embargo, sus detractores sostienen que su porcentaje mayoritario de grasa tan solo acarrea que engordar y daños tus arterias. ¿Quién tiene razón?
Ventajas de comer mantequilla de cacahuete
Esta aporta unos 27 gramos de proteína por cada cien. Por ello es que numerosos influencers recomiendan untarla en las tostadas de quienes persiguen un aumento de masa muscular. Otro punto a favor para los deportistas es su alto contenido energético. Las grasas saludables monoinsaturadas son responsables de las numerosas calorías que aporta esta crema. Estas contribuyen en el combate del LDL, el colesterol malo.
Otro punto a favor reside en su elevado contenido en fibra, el cual te facilita la digestión. Además, su elevado contenido en proteínas supone un elevado poder saciante. Por ello es que si la consumes se te quitan las ganas de comer entre horas. Por si fuera poco, contiene vitamina E. Este se trata d aun poderoso antioxidante. Para acabar, hacemos referencia a sus destacables niveles de omega-3, zinc, calcio y hierro. Pueden ser interesantes para las personas que evitan la proteína animal.
No es oro todo lo que reluce
Como bien hemos dicho, la mayor parte de la mantequilla de cacahuete consiste en grasa. Más concretamente, 52 gramos de cada 100. Por lo tanto, nos encontramos ante una potentísima bomba calórica que no se adecúa a todos los estilos de vida. Así pues, la misma ingesta puede traducirse en ganancia de masa muscular o en engordar. Todo depende de si quien la come es una persona activa o sedentaria. Así pues, es necesaria la moderación.
Además, debemos considerar que no todas las mantequillas de cacahuete son iguales. Algunas incorporan en la receta azúcares, mientras que otras solo llevan cacahuete. Por lo tanto, si no lees bien la etiqueta puedes acabar consumiendo una bomba ya no solo de calorías, sino también de azúcar. En este tipo de productos sí que se pierde parte del poder del fruto seco original. Por lo tanto, el problema no es la mantequilla de cacahuete sino su exceso. Como dijo el alquimista Paracelso: «Dosis sola facit venenum» (la dosis hace al veneno).