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El tocino del jamón sí es saludable

¿Por qué muchas personas quitan el tocino al jamón ibérico? Desmentimos los mitos sobre los supuestos daños de este a la salud. ¡Vamos a verlo!

Tocino: signo de calidad

Desde hace tiempo existe la creencia de que la grasa del jamón ibérico acarrea problemas para la salud. Se trata de una preocupación legítima, ya que el abuso de ciertos lípidos daña nuestro sistema circulatorio. Sin embargo, no se trata del caso del  tocino. Es más, este ayuda a verificar la buena calidad del producto.

Para empezar, el tocino es la capa de grasa entre el cuero y la carne del cerdo. Resulta de gran importancia ya que es responsable de las cualidades de ternura y jugosidad del producto. Como decíamos, la calidad de la grasa amarillenta entreverada en el músculo se trata de un signo de calidad.

IGP Jamón Serrano/tocino
Loncheado de jamón serrano/Fuente: Pixabay

Implica que el animal ha podido hacer ejercicio al aire libre. Esta también mejora sus propiedades organolépticas y permite distinguir si el cerdo se alimento de bellota. Además, a menos grasa, mayor proporción de sal en el jamón ibérico.

Razones para comer tocino

Después de leer esto no te entrarán ganas de quitarlo. Según estudios de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca, el jamón ibérico y su tocino ayudan a retrasar el envejecimiento. También logran proteger el organismo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.

Además, más de la mitad de la grasa la compone el ácido oleico. Este ayuda a regular el sistema circulatorio para reducir el colesterol malo: LDL. También puede estimular el colesterol bueno: HDL. También nos aporta calcio, hierro, fósforo, sodio, potasio y proteínas. Por si fuera poco, encontramos en el tocino una buena fuente de vitaminas B1, B6 y B12.

Así pues, el tocino es una parte muy importante del jamón ibérico. Siempre que lo consumas con moderación te aportará beneficios. Ahora bien, puede que no te guste la textura blandita que posee. En este caso, puedes quitarlo. Sin embargo… ¡ya sabes lo que te pierdes!

 

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